jueves, 31 de enero de 2013

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Queridos lectores: Acaba de salir el número 10 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo. Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia. Agradecimiento Lo primero, gracias a Mario Montero: se ha añadido al blog como seguidor. ¡Bienvenido! Solución a las adivinanzas publicadas en Cajón de Sastre del número 9 1. Campo blanco, flores negras, un arado y muchas yeguas: el folio que se está escribiendo. 2. Entra zumbando, sale goteando: el balde del pozo. 3. En un punto está mi nombre, mi nombre en un punto está, el que más grande me nombre me nombrará la mitad: medias. 4. Un árbol de doce ramas, cada nido con su nombre, adivina si eres hombre: los meses. 5. Es alimento y leído al revés es animal: arroz. Sólo ha habido dos acertantes: Joselu (Ecuador) y Angelita (España). Ambos tienen ya un ejemplar de mi libro “El rosario de los cuentos”. Seguidores de Honor: Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012. Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.

La Vitrina

Noticia cultural El 31 de diciembre de 2011 se cumplieron 75 años de la muerte de Miguel de Unamuno en su casa de la calle Bordadores de Salamanca cuando se encontraba de tertulia con unos amigos. El consistorio salmantino decidió nombrar al 2012 Año de Unamuno y celebró el aniversario con un programa de actividades que incluía teatro, música, talleres para escolares, exposiciones, cine y ciclos de conferencias. En el desarrollo del programa han colaborado la Universidad, la Diputación Provincial y otras instituciones. El Día del Libro, la XXXII edición de la Feria Municipal del Libro y el XV Encuentro de Poetas Iberoamericano, también estuvieron dedicados a la figura y obra del escritor, filósofo y pensador, además de catedrático, vicerrector y rector de la Universidad salmantina. Pero el corazón de los actos fue sin duda la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad y el nombramiento de Hijo Adoptivo a título póstumo. El Ayuntamiento de Salamanca concedió los reconocimientos con el apoyo de todas las formaciones políticas, de las principales asociaciones culturales de la ciudad y de todos los salmantinos. El acto de entrega tuvo lugar en el teatro Liceo, el día 11 de junio, víspera de San Juan de Sahagún, patrón de la ciudad. El encargado de recoger las condecoraciones fue su nieto Pablo de Unamuno. Era la primera vez que el consistorio charro concedía los dos galardones a la vez, y, también, por vez primera a un acto de este tipo, además del alcalde, los concejales y demás autoridades, pudieron asistir todos los salmantinos que lo solicitaron previamente y se les fue concedido. Reflexiones personales Salamanca no se entendería sin Miguel de Unamuno, como Miguel de Unamuno no se entendería sin Salamanca, pero no hay que pensar con toda la cabeza para llegar a la conclusión de que Salamanca le debe más a él que él a Salamanca: son los hombres los que hacen a los pueblos, no los pueblos los que hacen a los hombres. Coincido pues con Pablo de Unamuno, su nieto: Salamanca estaba en deuda con Miguel de Unamuno, su abuelo. Al recoger las condecoraciones no dudó en declarar que Salamanca no había empezado a saldar la deuda que tenía con su abuelo hasta el 7 de octubre de 2011, cuando el Ayuntamiento acordó restituirle el acta de concejal y el título de alcalde-presidente honorario que le fueron arrebatados en una sesión secreta celebrada el 13 de octubre de 1936. Pero ¿y don Miguel, qué habría dicho don Miguel? Es verdad que siempre estuvo presente desde su medallón en la Plaza Mayor, en esa plaza que tantas y tantas tardes contempló sentado en la terraza del café Novelty, y que cada 31 de diciembre se le hace una ofrenda floral en la estatua de su figura frente a su casa de Bordadores para perpetuar su recuerdo, pero tener que llevar 75 años muerto para ser nombrado hijo adoptivo no creo que le hubiera hecho mucha gracia, y lo de la medalla… lo de la medalla, mejor que ni lo sepa. La Medalla de Oro de la ciudad es una distinción que el ayuntamiento de Salamanca concede cada año a salmantinos ilustres o a instituciones salmantinas. Suele conceder dos cada año, coincidiendo con la fiesta de San Juan de Sahagún, patrón de la ciudad. Hasta aquí todo está muy bien, pero tomen nota de los galardonados en los 10 últimos años: Antonio Romo y Luis Sánchez Granjel (2001). Obra Social y Cultural de Caja Duero y Esperanza Aguirre (2002). Antonio Fernández Alba y Victoriano García Pilo (2003). Fundación Víctimas del Terrorismo (2004). Manuel Fernández Álvarez y Julián Álvarez Villar (2005). Antonio López Borrasca y Dominicos (2006). Mariano Rodríguez y Juan José Hidalgo (2007). Asociación Víctimas del Terrorismo y Asociación Española contra el Cáncer (2008). Silvestre Sánchez Sierra y Cursos Internacionales de la Universidad de Salamanca (2009). Luciano González Egido y Olegario González de Cardedal (2010). José Antonio Pascual y Rosa Colorado (2011). Nada en contra hay que decir de la mayoría de los galardonados, son instituciones, empresarios y escritores de los que Salamanca puede sentirse orgullosa, pero hay dos nombres que sólo leerlos hacen daño: Esperanza Aguirre y Mariano Rodríguez. Esperanza Aguirre, ¿qué ha hecho esta mujer por Salamanca? Que los salmantinos sepan, nada, como no sea venir a pedirles el voto para su partido en vísperas de elecciones. Lo que sí tienen claro son los méritos de Mariano Rodríguez, un empresario de la construcción, conocido en la ciudad y todos sus alrededores por pagar a los obreros y proveedores tarde, mal o nunca, y por no tener dificultades para conseguir obras, permisos, subvenciones e indulgencias por su estrecha relación con el consistorio, al menos hasta la última legislatura. Sobran los comentarios. Lo más importante del Año de Unamuno a fin de cuentas es que don Miguel es ya con todas las de la ley hijo adoptivo de la ciudad a la que le dedicó en uno de sus poemas las palabras más hermosas que le han dedicado hasta ahora: Salamanca, Salamanca, renaciente maravilla, académica palanca de mi visión de Castilla… Curiosidades Estoy segura de que incluso los que no hayan leído nada de él conocen muchas de sus frases y no pocas de sus palabras más usadas. Todas fueron pronunciadas en público, bien en la Universidad, bien en el balcón de su casa al volver del destierro, bien en el balcón del Ayuntamiento. La más conocida es sin duda la pronunciada en el paraninfo de la Universidad el 12 de octubre del 36 y que a punto estuvo de costarle la vida: “Venceréis, pero no convenceréis”. Pero don Miguel era en primer lugar un vecino de la ciudad, y como cualquier vecino se relacionaba con los salmantinos de a pie, salmantinos que oían sus frases, sus palabras, sus opiniones, pero que por obvias razones jamás salieron del ámbito personal de los oyentes y murieron con ellos, y a modo de homenaje, os cuento lo siguiente: Por la década de los 80 conocí a Dámaso, un señor que tenía los mismos años que el siglo. Era cliente habitual de un bar ubicado en el barrio de Garrido. Cuando los clientes se enzarzaban en una disputa, generalmente por el fútbol, siempre intentaba poner calma con la misma frase: “Benevolencia, como me decía a mí don Miguel, benevolencia”. Por fin un día le pregunté quién era el tal don Miguel y he aquí el resultado: Por aquellos días había en la Plaza Mayor una tienda de ultramarinos. En ella empezó a trabajar Dámaso con 12 años. El dueño no lo trataba muy bien que digamos, cosa que al chico no le hacía ninguna gracia. Lo que peor llevaba era que le sacara los colores delante de la parroquia. La esposa de don Miguel era clienta habitual de la tienda, y con una familia tan numerosa, tenía que visitarla con frecuencia. Dámaso le tenía mucho afecto. Lo trataba con mucho respeto, y si el jefe le reñía en su presencia, sacaba la cara por él, no por el jefe, cosa que no hacían todas las señoras. Lo que más le gustaba era llevarle la compra a casa. Doña Concha nunca lo despachaba con las gracias, siempre le daba propina, y mientras le ayudaba a vaciar las bolsas, se interesaba por sus problemas con el jefe. Dámaso le contaba de principio a fin la última bronca que le había echado, y, a medida que narraba los motivos, generalmente absurdos, inventados para infundirle miedo, su voz, manipulada por la indignación, subía de volumen para jurar que la próxima vez, aunque lo mataran en casa porque lo pondría de patitas en la calle, le devolvería las ofensas verbales en lugar de callarse. Pero entonces, desde la habitación del fondo, donde se encontraba trabajando ante la mesa camilla, surgía la voz de don Miguel con siempre las mismas palabras: “Benevolencia, Dámaso, benevolencia”. Y le quitaba las ganas de cumplir su juramento. Así fue como Dámaso aprendió esta palabra y tan hermosa le pareció que, además de practicarla en primera persona toda la vida, la utilizó para poner paz en las discordias ajenas hasta su muerte que, como no podía ser de otro modo, coincidió con la muerte del siglo. Y para terminar este artículo, sus datos biográficos y una sugerencia: leer o releer sus obras. Es el mejor homenaje que podemos hacerle a él y él a nosotros. Miguel de Unamuno y Jugo (1864 - 1936) Su tiempo: 36 años del siglo XIX, 36 años del siglo XX A veces no puedo romper la leyenda que han tejido alrededor de mí. Estoy encapuchado, indefenso en ella; y mis historiadores contarán mi vida como el mundo la ha visto, no como la he vivido. Biografía 1864-1879 Nace el 29 de Septiembre, en la calle de Ronda del viejo Bilbao, donde aún hoy se conserva la casa con una placa conmemorativa. Fue el tercero de los seis hijos que tuvieron Félix de Unamuno, un comerciante que había hecho una pequeña fortuna en México, y Salomé Jugo. Siendo aún muy niño tuvo que vivir dos experiencias que marcarían su carácter y que reflejaría por escrito en sus primeras obras: la muerte de su padre, y el sitio de Bilbao con el estallido de la tercera guerra carlista. Ambas experiencias de niñez y juventud y otras muchas más están presentes en sus obras Recuerdos de niñez y de mocedad y en Paz en la guerra. 1880-1890 Se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras en la Universidad, publicando su primer artículo y consolidando su relación afectiva con Concha Lizárraga, a la que había conocido de niño. Termina sus estudios universitarios en 1883 y se doctora con su tesis "Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca". Trabaja dando clases, colaborando en diversos periódicos nacionales y prepara oposiciones a cátedras de Instituto y Universidad convocadas para cubrir vacantes en diferentes ciudades españolas. 1891-1899 Después de varios intentos fallidos, consigue la plaza de catedrático de Lengua Griega en la Universidad de Salamanca. Llega a esta ciudad ya casado y vive en régimen de alquiler en varias residencias. Nace en Bilbao su primer hijo Fernando. Se traslada a una vivienda de la Plaza de Gabriel y Galán, donde nacerán sus hijos Pablo, Raimundo, Salomé y Felisa. En este periodo ingresa en la Agrupación Socialista de Bilbao -de 1894 a 1897-, publica En torno al casticismo, Paz en la guerra, la Esfinge, La Venda, así como numerosos artículos en la prensa española e hispanoamericana. Además, la cruel enfermedad, sin cura posible, de su hijo Raimundín le provoca una profunda crisis personal y religiosa. 1900-1923 A comienzos del curso académico del año 1900, Unamuno es el catedrático que debe pronunciar el discurso inaugural, resultando éste tan innovador en sus propuestas educativas que motivará su elección como Rector de la Universidad. Tras su nombramiento, se traslada a la residencia rectoral de la Universidad, junto al Patio de Escuelas, donde vivirá hasta su destitución ministerial en 1914. En esta misma casa nacerán el resto de sus hijos --José, María, Rafael y Ramón-- y fallecerá Raimundín. En "la Rectoral" - hoy Casa Museo- publicará Tres ensayos, Paisajes, De mi país, Vida de Don Quijote y Sancho, Poesías, Del sentimiento trágico de la vida, Niebla, etc. Cuando en 1914 debe dejar la residencia de la Universidad, se traslada a la calle Bordadores, junto a la llamada "Casa de las muertes" y al Convento de las Úrsulas, manteniendo su actitud comprometida ante la sociedad e iniciando una fuerte actividad política. Durante la Primera Guerra Mundial apoyó a los aliados frente a los germanófilos, visitando el frente italiano con Azaña y Américo Castro. Fue candidato a diputado por el partido Republicano de Vizcaya. Mantuvo un enfrentamiento abierto contra el rey Alfonso XIII, llegando a ser procesado por injurias hacia su persona, siendo condenado a prisión y posteriormente indultado. Publica en este periodo sus obras mas conocidas: El Cristo de Velázquez, La tía Tula, Rosario de sonetos líricos, Abel Sánchez y disfruta de un reconocimiento y admiración muy merecidos. 1924-1930 Su persistente campaña contra la monarquía y el Directorio militar del general Primo de Rivera le ocasiona el destierro a la isla canaria de Fuerteventura, donde permanecerá en 1924 hasta que, ese mismo año, huye a Francia, aun indultado, prometiendo no volver a España hasta que Primo de Rivera deje el gobierno. Allí estará junto a Eduardo Ortega y Gasset, Vicente Blasco Ibáñez y otros españoles exiliados. 1930-1936 Cumpliendo su promesa, vuelve a su tierra con la caída del dictador, viviendo un recibimiento apoteósico a su paso desde Hendaya hasta llegar a Salamanca, donde vuelve a ejercer como catedrático de Historia de la Lengua Castellana en la Universidad. Estrena en estos años muchas de sus obras teatrales -El Otro, Sombras de sueño, Medea- y se presenta a las elecciones municipales por la coalición republicano-socialista, obteniendo una concejalía y proclamando la República desde el balcón del Ayuntamiento. Es nombrado Presidente de Honor de la corporación municipal a perpetuidad, Presidente del Consejo de Instrucción Pública, Diputado a Cortes, Rector de la Universidad de Salamanca y posteriormente Rector vitalicio, ciudadano de Honor de la República y propuesto para la Academia Española y para el Premio Nóbel, pero termina por alejarse del gobierno republicano y adherirse al levantamiento militar a comienzos de 1936. No obstante, su decepción del gobierno de Franco hace que se recluya en su casa de Bordadores, donde morirá el 31 de Diciembre de 1936, tras haber sufrido la muerte de su mujer y de su hija Salomé

Mesa camilla

27 de enero de 2013. La selección española de balonmano se alza por segunda vez en pocos años con el título de campeona del mundo tras derrocar a la todopoderosa Dinamarca. Somos los primeros en el balonmano, somos los primeros en el fútbol, somos los primeros en no sé cuántos deportes más; pero también estamos a la cabeza del desempleo, del fracaso escolar, de los embargos de sueldos, del cierre de pequeñas empresas, de los desahucios de primeras viviendas y de la corrupción. Ante estos resultados lo mejor sería poner a los deportistas a gobernar y a los gobernantes a dar patadas a un balón que, acostumbrados como están a dárselas a los ciudadanos, ganarían a cualquier equipo sin tener que entrenarse. No es una broma típica de españoles. ¡Ni muchísimo menos! La situación de no pocas familias no está para hacer chistes precisamente. Se trata, quede claro, de un simple preámbulo para llegar a la siguiente reflexión: ¿A qué se deben tantos éxitos deportivos? Sin duda a los buenos entrenadores, a la seriedad de los equipos y al esfuerzo de los jugadores. Todo lo contrario que los políticos. Los políticos no necesitan ninguna formación especial para serlo, ni tienen que hacer oposiciones, ni tienen que reciclarse cada año, ni tienen que ser rentables al país; les basta y les sobra con conseguir afiliados para el partido de turno y votos en las elecciones para su líder aunque sea pegando carteles a troche y moche para que presuman de guapos, haciendo bulto en las primeras filas, aplaudiendo a charlatanes, escribiendo al dictado aunque las faltas de ortografía hagan daño al sentido común, gritar hasta desgañitarse para trasmitir seguridad, acusar para que los crean intachables, ofrecer hasta lo que han quitado, o lo que es igual, defenderse de los adversarios con ataques verbales que consigan méritos a costa del desprestigio ajeno y otras malas artes propias de ineptos. Por lo tanto, queda clara mi opinión: los políticos, como todos los profesionales, deberían tener que estudiar para poder serlo durante años, tener que examinarse para obtener plaza, y si aprueban con buena nota, ejercer con las obligaciones y los derechos de todos los trabajadores. Seguro que ni habría tantos, ni serían tan malos.

Cajón de Sastre

Con frecuencia decimos y oímos dichos y expresiones que nos permiten resumir explicaciones, ¿pero conocemos siempre su origen? Si la respuesta es negativa, sigue leyendo para conocer el de algunos de los más populares. A buenas horas mangas verdes. Se dice de todo lo que llega a destiempo, cuando ha pasado la oportunidad y resulta inútil su auxilio. Se debe el origen de esta frase a que en tiempos de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, creados por los Reyes Católicos, como casi nunca llegaban a tiempo para capturar a los malhechores, los delitos quedaban impunes. Los cuadrilleros vestían un uniforme con mangas verdes y coleto Armarse la marimorena. Esta expresión significa armarse una gran riña o pendencia. Según parece, tuvo su origen en las quimeras que armó en el siglo XVI una tabernera de Madrid, conocida por el nombre de María Morena o Mari Morena. A la vejez viruelas. La viruela o viruelas era una enfermedad vírica contagiosa que afectaba principalmente a niños y adolescentes y que una vez curada, dejaba cicatrices indelebles. Por tanto, no era una infección propia de personas de avanzada edad. Esta expresión es el título de una comedia de 1817. Se trata de una obra en prosa que narra las vicisitudes de dos viejos enamorados. Algunos creen que el dicho surgió a raíz del estreno de la comedia en 1824. La frase alude a quienes se enamoran tardíamente y a quienes realizan aventuras no usuales para su edad, siendo estas mas propias de la juventud. A ojo de buen cubero. La frase hace referencia a las medidas de capacidad de las cubas destinadas a contener agua, vino, aceite u otro líquido. Las cubas eran fabricadas una a una por el cubero, y su capacidad variaba enormemente dependiendo de las diferentes normativas de medidas dictadas por los señores feudales. A río revuelto, ganancia de pescadores. Es proverbio que alude a los que medran aprovechando las revueltas y trastornos. la experiencia demuestra que los pescadores cogen mucho más pescado en el agua turbia que en la clara, tal vez porque cuando el agua está turbia los peces no ven los peligros que corren y caen más fácilmente en ellos. De aquí nació el otro modismo: "Pescar en agua turbia", como sinónimo de hacer su negocio y aprovecharse de un desorden que tal vez se ha promovido con dicho fin. Los griegos decían en el mismo sentido: "Enturbiar el agua del lado para pescar anguilas", modismo que Aristófanes aplica al mal ciudadano que provoca desórdenes a fin de enriquecerse a expensas del público. Arrimar el ascua a su sardina. Aprovecharse de circunstancias favorables o hacer un uso egoísta de determinada situación. Dicen algunos que antaño solían dar sardinas a los trabajadores de los cortijos, que ellos asaban en la candela, en la lumbre de los caseríos. Pero cuando uno cogía ascuas para arrimarlas a su sardina la candela se apagaba, con lo cual tuvieron que prohibir el uso de ese pescado y evitar altercados entre los trabajadores. No obstante, el refrán es muy corrido y no precisamente andaluz. Así pues, en el libro de José Gella e Iturriaga, el Refranero del mar, vienen dos variantes: "Cada uno lleva la brasa a su sardin" y "Cada uno huelga llevar a la brasa a su sardina puesta a asar“, frase hecha que aparte de larga, difícil de pronunciar. Atar los perros con longaniza. Este dicho nos remonta a los principios del siglo XIX, más precisamente al pueblo salmantino de Candelario, cercano a la ciudad de Béjar, famoso por la calidad de sus embutidos, en el que vivía un afamado elaborador de chorizos llamado Constantino Rico, alias el choricero, cuya figura sería inmortalizada por el artista Bayeu en un famoso tapiz que hoy se exhibe en el Palacio El Pardo. Este buen hombre tenía instalada la factoría en la que trabajaban varias obreras en los bajos de su propia casa y en una oportunidad, una de éstas, apremiada por las circunstancias, tuvo la peregrina idea de atar a un perrito faldero a la pata de un banco, usando a manera de soga, una ristra de longanizas. Al poco tiempo, entró un muchacho -hijo de otra operaria- a dar un recado a su madre y presenció con estupor la escena e inmediatamente se encargó de divulgar la noticia de que en casa del tío Rico se atan los perros con longaniza. La expresión, no hace falta decirlo, tuvo inmediata aceptación en el pueblo y desde entonces, se hizo sinónimo de exageración en la demostración de la opulencia y el derroche. Brindar - Origen. La costumbre de chocar los vasos o copas cuando se bebe vino, proviene de las costumbres entre los romanos, quienes decían que al beber participaban del placer todos los sentidos excepto el oído; al chocar las copas o vasos del vino, el oído quedaba también incluido... Comer de gorra, ser un gorrón. Significa que se obtiene un beneficio gratis y a costa de otro. Los estudiantes vestían capa y gorra y eran dueños de un apetito voraz. Como carecían de recursos y sus familias vivían lejos de su lugar de estudio, debían ingeniárselas para no pasar hambre. Uno de sus trucos era colarse en fiestas y banquetes saludando con la gorra a todo el mundo. Como Pedro por su casa. Dícese de la persona que se mueve con desenvoltura en un lugar que no le es propio. En ocasiones tiene un significado peyorativo, porque se trata de un intruso cuya actitud es impertinente, arrogante y excesiva. Algunos autores han tratado de identificar esta frase a Pedro I de Aragón (siglos XI y XII) aludiendo a un antiguo dicho: "Entrarse como Pedro por Huesca",aludiendo a la poca resistencia que tuvo este rey en la torna de esta ciudad. Con la Iglesia hemos topado. Se trata de frase que se atribuye a Cervantes en el Quijote, pero que no aparece así en la novela cervantina. La frase se suele usar con un sentido de crítica a la Iglesia. Sin embargo se ve que Don Quijote no se refiere a la iglesia como institución, si no a la iglesia del pueblo y no dice "hemos topado amigo Sancho" sino "hemos dado Sancho". De todos modos esta falsa cita se ha convertido en frase hecha en español. A veces se aplica a toda clase de cosas o instituciones que ejercen cierto poder del que no es fácil librarse. NOTA.- Esta frase aparece en la 2ª parte, capítulo 9 de Don Quijote de la Mancha. Don Quijote y Sancho Panza se adentran de noche en El Toboso buscando el palacio de Dulcinea, y aquí viene la frase: -Don Quijote, y habiendo andado como doscientos pasos, dio con el bulto que hacía la sombra, y vio una gran torre, y luego conoció que el tal edificio no era alcázar, sino la iglesia principal del pueblo. Y dijo: - Con la iglesia hemos dado, Sancho.- Dar gato por liebre. Si hay algo que ha mantenido la tradición con el paso de los siglos, es, sin duda, la mala fama de las posadas, hosterías y fondas, respecto de la calidad de sus comidas. La literatura universal está llena de alusiones, muchas de ellas irónicas, acerca del valor de los alimentos ofrecidos en ellas. Y era tanto el descrédito de estos lugares, que llegó a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que, aquellos, parados frente a la carne recién asada, recitaban: Si eres cabrito, mantente frito; si eres gato, salta al plato. Por supuesto, este "exorcismo" nunca sirvió para demostrar la veracidad de la fama de la posada, pero dio origen a la expresión dar gato por liebre, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular como equivalente de engaño malicioso por el que se da alguna cosa de inferior calidad, bajo la apariencia de legitimidad. Dar un cuarto al pregonero. La figura del pregonero o portavoz ambulante de noticias existe desde hace mucho tiempo, incluso se lo registra en la época de los romanos. En España, se sabe que existían pregoneros por lo menos desde el siglo XV y además tenían la particularidad de estar divididos en tres clases: los oficiales, que estaban al servicio de la Administración; los heraldos, que marchaban delante de los nobles anunciando el paso de estos, y los voceadores mercantiles que, por encargo de cualquier vendedor, pregonaban los artículos y servicios más diversos. La tarifa usual de estos últimos era un cuarto, moneda de cobre que equivalía a cuatro maravedíes, es decir, alrededor de tres céntimas de peseta, de manera que dar un cuarto al pregonero significaba pagar los servicios de ese oficial público para que difundiese, en voz alta, cualquier tipo de noticia. Con el correr del tiempo, la frase adquiriría en España (ya que en el Río de la Plata y el resto de América del Sur es poco usual) un sentido totalmente opuesto, cual es el de reprobar la divulgación de algo que, por su particular naturaleza, debiera callarse. Dar la lata. Son muchas las versiones que circulan respecto de la procedencia del dicho, aunque todo induce a creer que proviene -por imitación- de los antiguos dichos dar la tabarra o dar la murga, con los que se daba a entender el fastidio ocasionado por alguien que golpea instrumentos de percusión tales como zambombas, palos y cencerros, para festejar las segundas nupcias de una viuda o de un viudo. Posiblemente, al aparecer en el mercado la hoja de lata (luego, hojalata) como producto de uso común, los recipientes vacíos de ese material fueron incorporados al equipo sonoro de las "cencerradas". De manera que la expresión "dar la lata", o sea, percutir sobre ella, no hizo más que extender el concepto tradicional de "dar la murga". También se ha documentado que la frase podría provenir de la ciudad de Málaga, en cuya cárcel los presos solían comprar una lata de mosto condimentado con sobras de vino, licores y aguardientes que al ser bebidos, provocaban en los detenidos una intensa borrachera y, como consecuencia, un deseo incontenible de hablar. El uso popular, sin embargo, le ha adjudicado al dicho el significado de fastidio causado por cualquier inoportuna insistencia, aunque entre nosotros se lo aplica lisa y llanamente a quien posee la característica de hablar por demás. Dársela a uno con queso. En la edad media, los vinos de la Mancha disfrutaban ya de merecida fama y eran muchos los taberneros y bodegueros de toda España que acudían a tierras manchegas para comprar buen caldo. Pero cuando, por lo que fuera, el vino que querían vender no era muy bueno o estaba picado, los hábiles bodegueros manchegos, daban a probar el vino acompañado de un trozo de queso curado. El fuerte sabor del queso disimulaba el picor del vino. De pascuas a ramos. Cuando un suceso ocurre muy de vez en cuando, decimos que pasa "de Pascuas a Ramos". El dicho alude a la festividad de la Pascua de Resurrección, que tiene lugar una semana después del Domingo de Ramos. Por lo tanto, entre ambas festividades, existe un lapso de tiempo de un año menos una semana. Dejarle en la estacada. La "estacada" era el campo de batalla construido con estacas donde se celebraban los desfiles solemnes, los torneos y demás competiciones entre caballeros. De ahí se llamó figuradamente "quedarse en la estacada" a ser vencido en una disputa o perder en una determinada empresa; y "dejar a alguien en la estacada" a abandonarle en un momento delicado o peligroso. Despedirse a la francesa. Durante el siglo XVIII había entre las personas de la alta sociedad francesa una moda que consistía en retirarse de un lugar sin despedirse, sin siquiera saludar a los anfitriones. Llegó a tal punto este hábito, que era considerado un rasgo de mala educación saludar a alguien cuando partía. Esta costumbre, en Francia dio origen al dicho sans adieu (sin adiós) que el lenguaje coloquial español acuñó en la forma "despedirse a la francesa", pero en este caso como equivalente de reprobación del comportamiento de alguien que, sin despedida ni saludo alguno, se retira de una reunión. Dormirse en los laureles. Antiguamente, a los poetas, emperadores y generales victoriosos, se les coronaba con guirnaldas confeccionadas con hojas de laurel. Pero si después de haber conseguido el triunfo y el reconocimiento general con la corona de laurel, la persona dejaba de trabajar y esforzarse se decía que se dormía en los laureles. Echar con cajas destempladas. Se refiere a cuando se despide a alguien con malos modos. Las "cajas" aludidas son las de los tambores. Era al son de los tambores destemplados que el reo avanzaba hacia el patíbulo y también al soldado que era expulsado con deshonor. El año de la Polka. La Polka es una danza popular aparecida en Bohemia hacia 1830. Se puso de moda en los salones europeos y fiestas de sociedad durante el primer tercio del siglo XIX. Por ello, al decir que algo es del año de la polca, queremos indicar que una cosa es vieja o esta pasada de moda. Es la caraba. Se usa para dar a entender que algo o alguien es muy divertido, bromista, juerguista... El origen de esta frase está en una anécdota sucedida durante el transcurso de una feria. En una de las casetas se anunciaba algo extraordinario: "La Caraba". El que siempre estaba dispuesto a sombrarse, lógicamente entraba y cuál no sería su sorpresa cuando el "fenómeno" que encontraba era una burra muy vieja y flaca. El dueño de la caseta decía que no existía ningún engaño ya que la burra era "La Caraba", es decir, "la que araba y ya no ara". Esto es Jauja. Se dice para resumir la sensación de sacar provecho o satisfacción sin fin de una situación. Jauja es una ciudad peruana cuya fama se debe a sus excelentes minas que en época de los conquistadores proporcionó a estos una vida ociosa y regalada. Hay gato encerrado. Se dice cuando queremos afirmar que hay una causa o razón oculta. Era habitual durante el Siglo de Oro español la utilización de bolsas para guardar el dinero hechas con piel de gato y se les llegó a llamar popularmente con tal nombre. Siendo "gatos" que encerraban riquezas desconocidas. Estar a dos velas. Se usa para referirse a carecer de dinero y de recursos en general. Son muchas las explicaciones que se le dan a esta frase. Se oye decir que es un símil marinero que como "A todo trapo" o "A palo seco" ha calado en nuestro lenguaje, significando en este caso que la embarcación navega tan solo con dos velas y no utiliza la totalidad de sus recursos. Pero no parece convincente. También se dice que procede del gesto que se hace para demostrar que no se tiene dinero y que consiste en meter las manos en los bolsillos y estirar de los forros hacia fuera volviéndolos del revés. Por la forma triangular que representan y por el color blanco se les compararía con las velas de una embarcación. Es mas posible que aluda al juego y al hecho de que antiguamente en las timbas de naipes, el que hacía de banca tenía una vela a cada lado para poder contar el dinero. En tal caso dejarle a dos velas, significaría dejarle sin dinero, en bancarrota. También se relaciona con los mocos de los niños, niños solos y abandonados que, por no tener, no tienen ni quien les limpie los mocos. A este claro ejemplo, suele ir acompañado del gesto de pasar los dedos índice y corazón por la nariz de arriba a abajo, uno por cada lado de la nariz. Irse de picos pardos. El origen de esta expresión viene de la Edad Media, cuando a las prostitutas se les obligaba a llevar en las vestiduras un trozo de tela en forma de pico y de color marrón o pardo, de ahí que se diga "irse de picos pardos". La ocasión la pintan calva. Los romanos personificaban a la diosa Ocasión como una mujer hermosa y con alas, como símbolo de la fugacidad con que pasan ante el hombre las buenas ocasiones u oportunidades. Parada en puntas de pie sobre una rueda y con un cuchillo en la mano, la diosa Ocasión tenía una cabeza adornada por delante con abundante cabellera, mientras que por detrás, era totalmente calva. De manera que, al decir "tomar la ocasión por los pelos", se entendía que debía esperársela de frente, cuando ella venía hacia uno, donde se tendría la oportunidad de tomarla, ya que una vez que había pasado -y al no tener pelos por detrás- sería imposible agarrarla. Con el tiempo, la expresión perdió algo de su sentido original y comenzó a ser utilizada para dar a entender que una cosa se logra más por suerte que por capacidad. Respecto de la variante "(a) la ocasión la pintan calva", alude a la posibilidad inminente de alcanzar un logro y que por ninguna causa puede desperdiciarse la oportunidad. Las cosas claras y el chocolate espeso. Cuando desde América, el monje español fray Aguilar envió las primeras muestras de la planta de cacao a sus colegas de congregación del Monasterio de Piedra, para que la dieran a conocer, al principio no gustó, a causa de su sabor amargo, por lo que fue utilizado con fines medicinales exclusivamente. Posteriormente cuando a unas monjas del convento de Guajaca se les ocurrió agregarle azúcar al preparado de cacao, ese nuevo producto causó furor, primero en España y luego en toda Europa. En esos tiempos mientras la Iglesia se debatía sobre si esa bebida rompía o no el ayuno pascual, el pueblo discutía cual era la mejor forma de tomarlo: espeso o claro. Los ganadores fueron finalmente los que se inclinaron por el chocolate cargado, por lo que la expresión las cosas claras y el chocolate espeso se popularizó en el sentido de llamar las cosas por su nombre. Las paredes oyen. Cuentan los cronistas que la reina Catalina de Médicis, esposa de Enrique II, rey de Francia, era muy desconfiada y perseguidora implacable de sus posibles rivales. Para poder escuchar mejor a las personas de las que más sospechaba, mandó practicar una red de taladros, hábilmente disimulados entre las molduras, en las paredes y techos del Palacio Real. Este sistema de espionaje dio origen a la frase “las paredes oyen”. Más Chulo que un ocho. Se trata de una expresión muy castiza. Antiguamente, en Madrid, cuando aún había tranvías, era el tranvía número 8 el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena. Más feo que Picio. Francisco Picio nacido en Alhendín (Granada), fue condenado a muerte por razones desconocidas y ya en la capilla recibió el indulto. Tal fue su reacción que se le cayó el pelo, las cejas y le salieron tumores por toda la cara, causando una visión espantosa. Cuenta la leyenda que el párroco que fue a darle la extrema unción, ató el crucifijo a la punta de un palo para no acercarse a ese rostro tan espantoso. Mandar a la porra. Antiguamente, en el ámbito militar, el soldado que ejecutaba el tambor mayor del regimiento llevaba un largo bastón, con el puño de plata y mucha historia detrás, al que se llamaba "porra". Por lo general, este bastón era clavado en un lugar alejado del campamento y señalaba el lugar al que debía acudir el soldado que era castigado con arresto: "Vaya usted a la porra", le gritaba el oficial y el soldado, efectivamente, se dirigía a ese lugar y permanecía allí durante el tiempo que se mantenía el castigo. Posteriormente, fue cambiada la forma de castigo, pero la expresión mandar a la porra quedó en el uso del lenguaje del pueblo con un matiz netamente despectivo. Meterse en camisa de once varas. La frase tuvo su origen en el ritual de adopción de un niño, en la Edad Media. El padre adoptante debía meter al niño adoptado dentro de una manga muy holgada de una camisa de gran tamaño tejida al efecto, sacando al pequeño por la cabeza o cuello de la prenda. Una vez recuperado el niño, el padre le daba un fuerte beso en la frente como prueba de su paternidad aceptada. La vara (835,9 mm) era una barra de madera o metal que servía para medir cualquier cosa y la alusión a las once varas es para exagerar la dimensión de la camisa que, si bien era grande, no podía medir tanto como once varas (serían mas de nueve metros). La expresión se aplica para advertir sobre la inconveniencia de complicarse innecesariamente la vida. Ni chicha ni limoná. Equivale a decir no vale para nada. Además, esta expresión se usa en el sentido de no ser una cosa ni otra. La chicha, según el diccionario, es la voz que desde antiguo se emplea en el lenguaje infantil para designar la carne comestible. Pero chicha también es una bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada. De este licor, muy común en los países de Centroamérica y Sudamérica, nace el dicho "ni chicha ni limoná", es decir, que no hay o no quedan ni bebidas alcohólicas ni refrescantes. No hay tu tía. Tiene su origen en un ungüento medicinal que en épocas pasadas se aplicaba como remedio para todos los males y que se llamaba atutía o tuthía, vocablos que derivan del árabe altutiyà. El dicho “no hay tu tía”, que es una modificación de no hay atutía, se empleaba para indicar que una enfermedad no tenía remedio ni aplicando el virtuoso preparado. OK. Durante la Guerra de Secesión, en los Estados Unidos, cuando regresaban las tropas a sus cuarteles sin tener ninguna baja, en una gran pizarra se escribía OK (cero killed). De ahí proviene la expresión "OK" que actualmente se usa para decir que "todo está bien"... Pagar el pato. La frase fue utilizada por los cristianos viejos para burlarse de los judíos españoles. La fe de éstos se mantenía a través del Pacto que era el vocablo utilizado para referirse al “concierto de Dios”. Comoquiera que eran perseguidos por su fe y que estaban obligados a pagar unos impuestos especiales por el hecho de ser judíos, se construyó la frase con sentido irónico y burlesco. Se les decía: Aquí pagaréis el pato al jugar con el sonido y la escritura de ambos vocablos. Para ti la perra gorda. En 1870 se acuñó en España una moneda de 10 céntimos en la que en uno de sus lados había un león sosteniendo el escudo de España, pero era tan raquítico el animal que la gente lo llamó popularmente "perra”, estaba también la de 5 céntimos llamada "perra chica"”. Esta frase se utiliza cuando harto de discutir con alguien y vista su cabezonería, se le da la razón aun sin querer dársela o sin tenerla. Pasar la noche en blanco. El origen viene de cuando ciertas órdenes de caballería exigían al aspirante, pasar una noche en vigilia velando armas, antes de ser nombrados caballeros. Esa noche el caballero la pasaba vestido con una túnica de color blanco, por lo que se decía “pasar la noche en blanco”. Poner en tela de juicio. En el antiguo Derecho Procesal, poner en tela de juicio significaba que un caso estaba pendiente de averiguaciones previas para formar un asunto o resolverlo. En la expresión, la voz latina "tela" que significa empalizada, se usa con el significado de palestra, lugar cerrado para celebrar en él debates o discusiones. Dicho esto, la expresión "poner en tela de juicio", se dice cuando tenemos dudas acerca de la certeza, legalidad o éxito de una cosa. Poner la mano en el fuego. La procedencia de este dicho, que se utiliza para manifestar el respaldo total a alguien o algo, se remonta a la época en la que se practicaba el llamado juicio de Dios. También conocida como Ordalía, esta era una institución jurídica que dictaminaba, atendiendo supuestos mandatos divinos, a inocencia o culpabilidad de una persona o cosa, acusadas de quebrantar las normas establecidas o cometer un pecado. Esta costumbre pagana se ejecutaba de formas muy diversas. No obstante, casi todas consistían en pruebas de fuego (sujetar hierros candentes, introducir las manos en la lumbre) si la persona salía de la prueba con pocas quemaduras, significaba que Dios la consideraba inocente y por tanto, no tenía que recibir ningún castigo. Poner pies en polvorosa. Utilizada para decir que alguien ha escapado con precipitación. Según algunos, la frase proviene de la nube de polvo que se formaba en los caminos antiguos cuando alguien pasaba por ellos muy rápidamente. Otros, sin embargo, fundan el dicho en el modo de hablar de los gitanos, en cuya jerga la palabra polvorosa significa calle. Ponerse las botas. Se dice para manifestar lo excelente de un negocio o una comida. En la antigüedad los pobres iban descalzos o calzados con alpargatas, mientras que los ricos llevaban botas, entre otras razones para montar a caballo. De aquí que el hecho de "ponerse las botas" se relacione con algo bueno y provechoso. Quedarse sin blanca. La blanca era una moneda castellana de plata, que se acuñó por primera vez en tiempos de Pedro I (1334-1369). Salvarse por los pelos. Antiguamente muchos marineros no sabían nadar. Era costumbre que se dejaran el pelo largo para que si caían a la mar los agarraran "por los pelos" para salvarlos. Ser un cafre. El apelativo cafre se aplica a toda persona o situación que encarna lo opuesto a la civilización y la cultura. En realidad, se llaman cafres a los habitantes de Cafrería o País de los Cafres, grupo de pueblos bantúes que habitaban la región oriental de África del Sur, en El Cabo Natal. La cafrería es un nombre de origen árabe con el que los geógrafos de los siglos XVII y XVIII denominaban a la parte de África situada al sur del Ecuador poblada por infieles, es decir, no musulmanes. Ser chivo expiatorio. Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos, por la que el Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación ("purificación de las culpas por medio de un sacrificio") elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno, en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido -llamado el Azazel- al que se le imputaban todos los pecados y abominaciones del pueblo israelita. Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas. Por extensión, la expresión ser el chivo expiatorio adquirió entre nosotros el valor de hacer caer una culpa colectiva sobre alguien en particular, aun cuando no siempre éste haya sido el responsable de tal falta. Tienes mas cuento que Calleja. Saturnino Calleja Fernández (Burgos 1853-Madrid 1915) era un editor, pedagogo y escritor español. Eran conocidos los giros que les daba a los cuentos populares. Por ejemplo el soldadito de plomo cobraba vida por devoción a la Virgen del Pilar, el Barón de Munchaunnsen pasó a llamarse el Barón de la Castaña, etc, etc. A la famosa coletilla “Comieron perdices y fueron felices”, Calleja añadió: “Y a mi no me dieron porque no quisieron”. Se dice que alguien tiene mas cuento que Calleja, cuando tiende a exagerar las cosas o inventárselas. Tener muchas ínfulas. En la Antigüedad, se llamaban "ínfulas" a unas tiras o vendas de las que pendían dos cintas llamadas "vittae", una a cada lado de la cabeza. Las "ínfulas" se usaban arrolladas en la cabeza a manera de diadema o corona, y solían lucirlas los príncipes y sacerdotes paganos, como señal distintiva de su dignidad. Con estas "ínfulas" se adornaban también los altares y -en algunas ocasiones- las víctimas que eran llevadas al sacrificio. Pero cuantas más eran las ínfulas y mejor la calidad de su confección, más importante era considerada la persona que las portaba, por lo que, era muy común escuchar hablar de víctima de muchas ínfulas. Con el tiempo, el dicho pasó a designar a todo aquel que actúa con habitual vanidad y orgullo desmedidos y, por lo general, despreciando al prójimo. Tirar la casa por la ventana. En el siglo XIX se impuso la costumbre de que a aquel que le tocaba la lotería, tiraba los enseres de su casa por la ventana… Literalmente los muebles se iban a la calle. Tomar las de villadiego. Si existe un dicho popular de origen español cuyo origen es controvertido, sin duda es este que nos ocupa ahora. Sobre lo que no se tiene ninguna duda es respecto de su antigüedad, ya que se lo menciona por primera vez en La Celestina, la célebre tragicomedia de Calisto y Melibea escrita en parte por Fernando de Rojas, donde se hace referencia a las "calzas de Villadiego". Pero los estudiosos no se ponen de acuerdo acerca de su procedencia: para algunos, alude a un determinado tipo de calzones -calzas- que se confeccionaban por entonces en el pueblo burgalés de Villadiego; para otros, evoca la figura del aventurero que llevaba ese apellido, quien por alguna razón que se desconoce, se vio obligado a escapar precipitadamente de determinado lugar. Existen otras versiones no menos contradictorias, una de las cuales sostiene que se refiere a las alforjas que se fabricaban en la ciudad de Villadiego, aludiendo a que éstas son lo primero que se toma cuando se huye de un lugar, pero en realidad, se trataría de las calzas, que sí son lo primero que uno toma en su huida. Pero sea como fuere, el significado de la frase tomarse las de Villadiego tiene en todos los casos el mismo sentido: huir, salir en estampida por efecto de una contingencia súbita e imprevista. Tonto de capirote. Frase aplicada a la persona muy necia o incapaz. Según Unamuno, en un artículo publicado en 1923, decía que tonto de capirote "es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial". Verdades de perogrullo. ¿Quién no ha hablado alguna vez de las verdades de Perogrullo? Pero... ¿sabemos realmente quién fue este personaje, si es que alguna vez existió? No puede afirmarse con certeza quién fue Perogrullo. Para algunos, fue un personaje quimérico; para otros, una persona de carne y hueso, asturiano para más datos. Sea como fuere, lo que no puede cuestionarse es el caudal de ingenio y gracejo encerrado en las célebres "verdades" que se atribuyen a este personaje, que a la mano cerrada le llamaba puño. Estas "verdades" formaron parte de coplas, muy cuidadosamente recopiladas y un autor tan afamado como Francisco de Quevedo y Villegas las intercaló en sus prosas. La incorporación en el uso coloquial de la expresión verdades de Perogrullo (en realidad, una deformación del nombre Pedrogrullo) se debe a la necesidad de expresar aquello que por evi dente y consabido se hace ocioso anunciar. Vete a hacer puñetas. La usamos cuando queremos despedir a alguien con desconsideración. Las puñetas son las bocamangas (la parte mas cercana de la manga) realizadas con bordados y puntillas, que adornaban algunas togas. Estos adornos eran realizados a mano con hilo, formando un tejido calado con flores y figuras. Era una labor muy delicada que implicaba la inversión de mucha paciencia, tiempo y dinero. Vete al Carajo. “CARAJO" se le llamaba a la pequeña canastilla que se encontraba en lo alto del palo mayor de las antiguas naves. Cuando un marinero cometía una falta se le mandaba al Carajo en señal de castigo. Hete aquí por qué cuando queremos perder de vista a alguien usamos la expresión: “VETE AL CARAJO” el tiempo de Maricastaña Cuando hablamos del tiempo de Maricastaña, nos referimos a una época muy lejana, pero pocos saben quién fue ni en qué época vivió Maricastaña. Se habla de «crónicas muy detalladas» registradas allá por el siglo XIV en Galicia, según las cuales habría existido en Lugo una rica terrateniente llamada María Castaña, casada con un tal Marín Cego. Esta señora, que era mujer de armas tomar, participó activamente en las luchas de los hacendados contra los tributos abusivos cobrados por el obispo Pedro López de Aguiar. Según las crónicas, Maricastaña (así la llamaban) mató en una reyerta, con ayuda de su marido y de sus dos cuñados, al recaudador del obispo Francisco Fernández. Un relato fechado el 8 de junio de 1386, publicado por la diputación de Lugo, narra que ese día Maricastaña confesó sus delitos y fue condenada a donar todos sus bienes a la catedral. A pesar de la vasta documentación existente, hay quien afirma que esta señora nunca existió, que solo es un personaje de una leyenda celta, cuyo nombre era, en inglés, Auburn Mary (algo así como "María de color castaño"). En todo caso, se trata de una historia muy, muy antigua..., del tiempo de Maricastaña.

El Álbum de la Lengua

Es muy frecuente oír en los medios de comunicación y leer en la prensa escrita la palabra edil refiriéndose al alcalde. “El primer edil”, dicen y escriben firme, alto y claro, como queriendo presumir de vocabulario. Pues no hay ninguna razón para presumir. Todo lo contrario. Ni el primero, ni el último, el alcalde nunca es edil, el edil es el concejal. Es pues un error propio de periodistas, el pueblo dice alcalde para referirse al alcalde y concejal para referirse al concejal, nunca edil, que sería correcto, pero ante la duda es más elegante eludir una palabra que usarla mal; al fin y al cabo nuestra lengua tiene tantas palabras para nombrar a la misma cosa que el que no encuentra la correcta es porque no quiere encontrarla. Por lo tanto, en esta hoja de mi álbum la dejo, bien para que los periodistas copien de los ciudadanos, bien para que los ciudadanos no copien de los periodistas. Edil: concejal, sólo concejal, nunca alcalde.

La Butaca

Enviando, para 30 días, copia de la crónica enviada al Club Braille con fecha 17 de diciembre de 2012. Este año, María Jesús Sánchez Oliva, ganó el Primer Premio del Concurso Europeo de Braille, con el cuento Falsa Noticia que os adjunto, para que podáis disfrutarlo un rato. Por este motivo el día 13 en Salamanca, se le rindió homenaje y se celebró con ella y con todos los compañeros, amigos, afiliados, que se acercaron al Salón de actos de la DAP. Mª Jesús, sí fue profeta en su tierra, y queremos agradecer enorme y especialmente a María Íniguez, que se acercara a Salamanca para hacer entrega de este premio. En todo momento, esa gran elegancia que solo tienen algunas personas, llámase prudencia, disfrutó y compartió con nosotros una tarde que estuvo llena de emoción, sorpresas para la homenajeada y un deleite y derroche de actuaciones, de un nivel, del que disfrutamos todos. El Director D. Agustín Ledesma Ayuela inauguró el acto más oficial, que María quiso compartir en todo momento; acudieron todos los medios de comunicación, así como varias entrevistas que se hicieron, a lo largo del día, al Director y a la homenajeada. Actuó un grupo del Coro de Cámara Antiqua, que fue un deleite para los oídos, después se leyó el cuento ganador, en tinta y braille, en el que intervinieron un rapsoda de narrador, la autora, de punto uno, una niña y otras dos personas de los otros puntos, y el último párrafo, lo leyeron muchas personas al tiempo en braille. Terminamos con unos versos que D José María Sánchez Terrones, Rapsoda de Salamanca, nos recitó. Este año, se ha dedicado en Salamanca a D Miguel de Unamuno, lo que fue un verdadero lujo. En todo momento hubo un intérprete de lengua de signos. Concluyo diciendo que fue un acto muy emotivo y acogedor en el que todo el mundo estuvo muy a gusto, se disfrutó del nivel de las personas que desinteresadamente quisieron ayudarnos a participar en este acto. Mª Jesús es una persona muy querida, conocida y reconocida en Salamanca y por supuesto en la Once. Agradezco a María Íniguez, la valoración que hizo del acto, y sobre todo ese segundo plano que quiso tomar, pero que junto con el Director, fueron los representantes en Salamanca de un acto que tuvo la relevancia que merece. Desde el Club Braille les doy las gracias. Os deseo lo mejor para el 2013 Ana María García Sánchez Maestra DAP Salamanca ONCE

Carta a...

Señores de Europa: Según nuestros gobernantes son ustedes quienes les obligan a acometer los salvajes recortes que están poniendo en peligro nuestros derechos más elementales para salir de la crisis y no tener serios problemas con ustedes. ¡Vamos!, para que no nos manden a freír espárragos, que decimos en España. Está muy bien que ustedes les controlen -los políticos españoles no son lo suficientemente serios, honrados y responsables, como para dejarlos sueltos, a su libre albedrío-, pero ¿no les parece a ustedes que llegan algo tarde? Esto debieron empezar a hacerlo al principio, en cuanto pasamos a formar parte de la comunidad, y como responsables de la misma debieron preocuparse de que previamente explicaran a los ciudadanos con puntos y comas las ventajas y los inconvenientes de pasar a formar parte de la Comunidad Europea, los deberes y las obligaciones, los derechos y los compromisos, y vigilarlos para que los fondos económicos no se invirtieran en nada que no fuera rehabilitar, modernizar y formar el país, pero ustedes se limitaron a ponerles los deberes y a aprobarlos por enchufe, sin examinarlos siquiera, y así nos vemos: envueltos en una crisis provocada por su incompetencia, mediocridad y abusos de poder. ¿Cabe mayor imprudencia por su parte? Durante tres décadas, los españoles responsables, que son más de los que ustedes cuentan, alzaron sus voces para advertirles de que el dinero se estaba despilfarrando en obras innecesarias, en cursos que no formaban, en servicios que sólo servían para justificar jefaturas inútiles, en jubilaciones anticipadas con indemnizaciones millonarias, en destruir nuestra agricultura, nuestra ganadería, miles de puestos de trabajo en todos los sectores, en fiestas y otras vergüenzas que sólo servían para ganar elecciones y enriquecer a parientes y amigos, cuando no a los propios políticos, pero ustedes, en lugar de escucharlas, miraron hacia otro lado, y ahora, cuando por fin la realidad se les planta delante de las narices y tienen que verla, se rasgan las vestiduras y como solución les ordenan castigar a sus víctimas. ¿Cabe mayor injusticia por su parte? Lo normal, salvo que ustedes cojeen de la misma pata que ellos, es que les obliguen a devolver hasta el último céntimo de lo que han mangado, que en español quiere decir robado, a que indemnicen al pueblo por el mal uso que han hecho de los fondos, a que los presidentes dejen de cobrar el sueldo en cuanto dejan de serlo, a que los ministros dejen de cobrar pensiones vitalicias aunque sólo hayan sido ministros un día, a que además de por el cargo, alcaldes y concejales no cobren por ir a los plenos, a que los viajes y la vivienda se los paguen de su bolsillo, a que dejen de privatizar servicios para crear empresas de dudosa titularidad, a que se reduzca el número de cargos, a que no se suban el sueldo sin contar con los ciudadanos, a que coticen a la Seguridad Social como todos los trabajadores, a que declaren hasta el último céntimo a la hacienda pública, a que no estén exentos de nada por ser políticos, y a dimitir o ser cesados por mentir a los ciudadanos, insultarlos públicamente, enfrentar a unos colectivos con otros, hacer mal uso de los votos recibidos en las urnas e incumplir compromisos electorales, que es a lo que más horas dedican, entre otras razones porque es lo único que puede arreglar el problema, lo otro simplemente lo agranda, Esperam os pues que rectifiquen con urgencia. De lo contrario tendríamos que pensar que son cómplices, no dirigentes, y la mayoría de españoles no les votamos para esto. María Jesús.