viernes, 6 de diciembre de 2013

Portada

 Queridos lectores: Acaba de salir el número 19 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.

    Mensaje navideño

    Avanza diciembre y en unas semanas nos pondrá en la Navidad. Son días de estar con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, y de hacer cosas que no hacemos habitualmente. Por esta razón no volveremos a encontrarnos hasta finales de enero, pero antes de despedirnos, quiero desearos lo que deseo para mí: paz, salud y trabajo. Ojalá que el nuevo año sea generoso con todos.
    Abrazos. 

    Contenidos:

    La Vitrina: Hoy decimos adiós a uno de los españoles que más ha hecho por la música clásica. Y como cada mes, mi recomendación literaria. Es un libro que leí hace años y tanto me gustó que lo tengo en mi lista de libros para volver a leerlo.
    Mesa camilla: Los españoles celebramos hoy el 35 aniversario de nuestra Constitución. Más que un día de fiesta, es, o debería ser, un día de reflexión. Quedas invitado a hacerlo.
    Cajón de Sastre: Parece que pronto los españoles podremos casarnos y descasarnos ante notario. Si quieres conocer los pos y los contras, lee el artículo que encontrarás aquí.
    El Álbum de la Lengua: Aquí encontrarás los cambios para escribir los números cardinales.
    La Butaca: Laura nos da una noticia que llevaba años esperando. Felicidades.
    Carta a… Las líneas de hoy van dirigidas a los mendigos. Ellos no tendrán la oportunidad de leerlas, pero yo sí tengo razones para escribirlas.
    Cosas de Garipil: Garipil me ha pedido permiso para interrumpir los relatos de “Letanías” y leeros un relato navideño. Como es de razón, se lo he concedido.

    Si has visitado alguna de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

    Seguidores de Honor:
    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.
    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.
    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013. 

La Vitrina

Tenía preparado otro artículo para este número, pero antes de ser publicado nos llega la triste noticia: Fernando Argenta ha muerto. Está de luto la música, los amantes de la música clásica lloran su muerte, los que no la aman porque no la conocen, han perdido seguramente la oportunidad de conocerla. ¡Qué lástima! Era demasiado joven… Extraigo de Internet estos datos para decirle adiós y en nombre de todos los amantes de la música clásica y en mi propio nombre darle las gracias.
    Descanse en paz.

Fernando Martín de Argenta Pallarés 
Nacimiento
4 de julio
 de 
1945
Bandera de España 
Madrid,
España 
Fallecimiento
3 de diciembre
 de 
2013
(68 años)
Bandera de España 
Boadilla del Monte,
España 
Nacionalidad
español 
Alma máter
Universidad Complutense de Madrid 
Ocupación
periodista,
músico,
presentador,
escritor 
Padres
Ataúlfo Argenta
Juanita Pallarés

Fernando Martín de Argenta Pallarés (Madrid, 4 de julio de 1945 – Boadilla del Monte, 3 de diciembre de 2013), conocido como Fernando Argenta, fue un 
periodista,
músico
 y 
presentador
 de 
radio
 y 
televisión
español,
hijo del director de orquesta 
Ataúlfo Argenta.

Biografía.

Madrileño de nacimiento, estuvo muy ligado a 
Castro Urdiales
 (Cantabria),
ciudad natal de su padre.

Cursó estudios superiores de música en el 
Real Conservatorio Superior de Música de Madrid,
actividad que compatibilizó con la Licenciatura en Derecho por la 
Universidad Complutense de Madrid.
En su juventud fue miembro del grupo de rock 
Micky y Los Tonys,
el cual abandonó en 
1965
 para cumplir el 
servicio militar.

En 
1976
 comenzó a trabajar en 
Radio Nacional de España
 emisora en la que dirigió el programa 
Clásicos populares,
que trataba de acercar la 
música clásica
 al gran público de una forma amena y desenfadada y que se mantuvo en antena con notable éxito y prestigio hasta el 
31 de julio
 de 
2008.
Junto a él presentaba y codirigía el programa 
Araceli González Campa,
quien se prejubiló a principios de 
2008.
El programa dejó de emitirse por la prejubilación de ambos presentadores, tras 32 años de emisión.

Entre 
1986
 y 
1989
 dirigió 
Radio 3
 y posteriormente 
Radio 1
 de 
Radio Nacional de España.
Además fue presentador y organizador habitual de conciertos y óperas infantiles, además del programa de 
La 2
 de 
TVE
Musiquísimos (1987).
Desde 
2000
 y hasta su prejubilación en 
2008
 dirigió y presentó el programa 
El conciertazo
 en 
TVE,
espacio en el que presentaba conciertos de 
música clásica
 para niños con puestas en escena y elementos de 
danza
 y 
ópera
 en los que se explica el significado de la música.

Presentó y condujo multitud de conciertos en toda España e Hispanoamérica. El 15 de enero de 2011 dirigió la OFIL -Oviedo Filarmonía- en los conciertos
de conmemoración del décimo aniversario de la Fundación Magistralia.

 El 16 de abril del 2011 fue invitado de honor en el concierto “La magia de las leyendas y la naturaleza” con motivo del décimo aniversario del grupo orquestal

Ensemble XXI
 en la localidad aragonesa de 
Monzón,
Huesca.

Fernando Argenta recibió numerosos galardones profesionales, entre los que destacan 
Premio "El Chupete"
 al Mejor Comunicador Infantil 2009 dos 
Premios Ondas,
un premio del 
Festival de Televisión de Montecarlo
 o el 
APEI
 de radio; y varios títulos de honor desde que se jubiló en 
2008.

Fue patrono de la Fundación Magistralia, con quien realizó actividades para la difusión de la música clásica. Le fue concedida la 
Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes
 y fue miembro habitual del jurado de los 
Premios Príncipe de Asturias
 de las Artes. También escribió varios libros de temática musical.

Fernando Argenta falleció en Boadilla del Monte el 3 de diciembre de 2013, a la edad de 68 años.

    Y para terminar, el libro que te sugiero para este mes: Grandes almacenes, de Cecil Roberts.

Mesa camilla

Hoy es un gran día para los españoles: celebramos el 35 aniversario de nuestra Constitución. Como cada año mi homenaje particular ha sido leerla desde el principio hasta el final. Es verdad que habría que reformar algunos puntos que atañan a la Corona, al Congreso, al Senado, a otras instituciones y hasta es posible que a la Ley Electoral. No es justo que por ser gobernantes estén exentos de cumplir con las leyes que rigen para los ciudadanos y gocen de privilegios que les permiten hacer y deshacer sin contar con el pueblo. Pero me parece más urgente articular medidas eficaces que les obliguen a dejar de traicionarla.
     Hoy más que nunca nuestra Constitución está triste. Los derechos que otorga a los españoles están siendo pisoteados con tal saña que algunos ya no se pueden ejercer. Solo le queda una esperanza: que los españoles nos olvidemos de las ideas, de los partidos, de sus discursos, repasemos sus artículos y conscientes de lo que nos jugamos todos a una sepamos decirles ¡basta! Donde y como hay que decirlo. Defender nuestra Constitución no es otra cosa que defender nuestro bienestar, nuestra cultura, nuestra libertad, en definitiva, nuestros derechos como seres humanos, y esto es una obligación que tenemos todos los españoles.
     Para poder hacerlo, es imprescindible conocerla, y mucho me temo que la mayoría de ciudadanos no la han leído todavía.  Lo ideal sería que los niños la aprendieran en la escuela, pero esto es soñar despierto, a los políticos no le interesa. Por esto me parece necesario que los padres se la lean a sus hijos, que se hable de ella en casa, en las reuniones de amigos, en los centros de trabajo. Es hora de tomarnos en serio este asunto y reaccionar civilizadamente ante los atropellos que constantemente recibe si no queremos volver al pasado.

Cajón de Sastre

 Bodas y divorcios ante notario

    El matrimonio y el divorcio serán procesos más ágiles y económicos para las 
parejas, con un coste de 95 euros
     Autor: JOSÉ IGNACIO RECIO
     Fecha de publicación: 8 de noviembre de 2013

     El Anteproyecto de Ley de Jurisdicción Voluntaria abre una nueva vía para 
casarse o divorciarse ante notario. Al mismo tiempo que descongestionará los 
juzgados, esta nueva posibilidad hará que ambos procesos sean más ágiles y 
tengan un menor coste económico para las parejas, ya que, a partir de ahora, se 
podrán formalizar por la misma tarifa: 95 euros. El siguiente artículo describe 
esta nueva forma para obtener el enlace o la ruptura matrimonial y qué 
requisitos son necesarios para el proceso de divorcio ante notario.
 
    Bodas y divorcios rápidos y baratos

     Uno de los momentos más desagradables para las parejas es afrontar su proceso de divorcio. Es traumático por el componente emocional que conlleva la desaparición de los lazos de unión entre marido y mujer, pero no menos por las elevadas cuotas que genera este cambio en el estado civil de los contrayentes. Incluso en las modalidades más económicas como son los divorcios exprés, las tarifas pueden llegar hasta los 500 euros, aunque menos elevado que a través del proceso convencional, donde un divorcio de mutuo acuerdo tramitado en un despacho de abogados cuesta entre 700 y 1.000 euros, a lo que habría que añadir los honorarios del procurador que estarían estipuladon en cerca de 250 euros. 
      Incluso en las modalidades más económicas como son los divorcios exprés, las 
  tarifas pueden llegar hasta 500 euros En el Anteproyecto de Ley de Jurisdicción 
Voluntaria, estas cantidades no serán tan gravosas para las parejas, al 
autorizarse que tanto matrimonio como divorcio puedan realizarse ante notario 
pagando un arancel de 95 euros, una cantidad más barata que la cobrada por los 
consistorios por la celebración de uniones civiles. 
    El potencial de personas afectadas por la nueva regulación es bastante similar, 
si se atiene a los datos provisionales del pasado año proporcionados por el 
Instituto Nacional de Estadística (INE). En ellos se constata que se produjeron 
168.835 enlaces, de los cuales 104.309 fueron civiles y 61.070 religiosos, 
mientras que los divorcios fueron casi los mismos que las bodas civiles, con un 
total de 104.262 procesos de ruptura. 
    Otra de las principales consecuencias que generará esta medida social impuesta 
por el Gobierno será la agilización en las listas de espera en el Registro Civil 
y que podrán acortarse los días para conseguir el nuevo estado, tanto en el caso 
de los matrimonios como en los divorcios.
 
    Requisitos y documentos necesarios para divorciarse ante notario

     En el caso de los divorcios, acogerse a la nueva modalidad no será tan sencillo como en apariencia se pueda creer, ya que habrá una serie de requisitos que cumplir: 
  No deben existir hijos menores de edad, ni personas con discapacidad.
 
     El proceso debe ser de mutuo acuerdo entre la pareja
 
    Para que el divorcio sea tramitado ante notario, siempre bajo mutuo acuerdo de 
ambas partes, se deberá aportar además una serie de documentos: 
  Certificado de matrimonio: este documento será proporcionado de forma gratuita 
  por el Registro Civil de la ciudad donde se celebró el enlace, que se expedirá 
  en un plazo no inferior a los siete días desde su solicitud. 
  Certificado de nacimiento de los hijos, en caso de que los hubiese, y que 
  también se expedirá sin coste alguno en el Registro Civil. 
  Poder general para pleitos: es un documento por el que se otorgan poderes al 
  abogado y al procurador, para que puedan actuar en el juzgado en defensa y 
  representación de los cónyuges. Se formaliza en la notaría por unos 50 euros. 
  En los procesos en que se pidan medidas de carácter patrimonial, habrá que 
  aportar también otro documento que permita evaluar la situación económica de 
  los cónyuges. 
  En algunos casos se exige incluso el certificado de empadronamiento o 
  residencia de los esposos. 
  Propuesta de convenio regulador, que debe estar firmado por ambos cónyuges.

El Álbum de la Lengua

 Los números cardinales superiores a treinta
    ANTES
    Lo normativo era escribir en una palabra los cardinales compuestos hasta el veintinueve incluido (dieciséis, veintidós), y el resto en tres palabras: treinta y nueve, cuarenta y dos, etc.
    AHORA
    En la Ortografía de 2010 por primera vez se admite la escritura, aunque aún es minoritaria, en una sola palabra de los cardinales superiores a treinta en las decenas, al pronunciarse átono el primer componente. Ejemplos:
 Treintaicuatro 
     Cincuentaidós
  setentaicinco 
 noventaiocho.
    No se ha tenido en cuenta este criterio en los múltiplos de mil, que se siguen escribiendo en dos palabras: tres mil, ocho mil, etc. 

La Butaca

¡Hola! Tengo 32 años y acabo de encontrar mi primer trabajo. ¡Aleluya! No sé si será para poco o si será para mucho, pero de momento es una buena noticia.
    Desde Salamanca informó para 30 días Laura.

Carta a...

Hace frío, mucho frío. Como de costumbre noviembre nos trae las temperaturas más bajas del país. En esto sí somos los primeros. Las noches son largas, las heladas intensas, los débiles rayos del sol no consiguen acabar con la escarcha durante el día y vosotros seguís en la calle, durmiendo entre cartones, en el banco de un parque, al resguardo del aire en cualquier rincón… esperando a que amanezca para iros a hacer cola a las puertas de algún comedor de pobres. Los que habitualmente acudíais al de Garrido, ya no tenéis que despabilaros para ir: os lo han cerrado. Dicen que con esto de la crisis se había multiplicado el número de demandantes de comida y preparabais en la cola escándalos de mil diablos, que os matabais entre vosotros por ser de los primeros, que ninguno se conformaba con ser de los últimos. Normal. ¿Quién no se mataría por un plato de sopa calientedespués de una noche de las nuestras a la intemperie y seguramente años sin comer tres veces al día? Pero no me atrevo a juzgar a los que han tomado esta decisión. Supongo que la explicación tiene más de disculpa que de razón. Sostener estos servicios cuesta dinero lamentablemente, y las asociaciones privadas, generalmente, no disponen de tantas ayudas económicas como de buena voluntad. Lo justo sería que se tuvieran que cerrar todos estos comedores por falta de comensales. Por el hecho de nacer, todos, hasta los seres más indignos, tienen derecho a comer. Pero como de momento es un derecho que no todos los ciudadanos pueden ejercer, deberían ser las instituciones públicas las que se ocuparan de estos centros, y dotarlos de personal que los mantuviera limpios, con duchas adecuadas, con camas en condiciones. Pero de momento tendréis que conformaros con seguir buscando comida Dios sabe dónde, las instituciones están gobernadas por hombres, por políticos para los que no sois rentables. Al contrario, solo les dais problemas, sois los feos de esta película que llamamos sociedad, los esclavos de cualquier vicio, los que oléis mal, los sospechosos de causarnos daño, y para colmo no os preocupáis de ir a votarlos cuando llaman a elecciones. ¿Cómo, que no sois tan peligrosos como pensamos al veros, que también hay ciudadanos que se meten con los mendigos y nadie se rasga las vestiduras? Ya lo sé, como sé que detrás de no pocos de vosotros hay una familia que paga muchos impuestos, que sufre ante la imposibilidad de no poder rescataros de ese mundo y no poder ni quejarse, porque para ese mundo de hielo vosotros no sois víctimas de un sinfín de circunstancias, sois seres depravados, indignos, pero así son las cosas en este país, así las hacemos, así las toleramos. Robar un monedero con calderilla te convierte en un ladrón para toda la vida, pero robar millones, muchos millones, te convierte en un señor hasta después de muerto; agredir a alguien aunque sea de palabra te puede convertir en un delincuente peligroso, pero acabar con hombres, mujeres y niños en un atentado, te puede convertir en héroe con todos los honores; ser pobre es un delito tan grave que puedes acabar en la cárcel ante la imposibilidad de pagar los cientos de euros que te echa el alcalde de multa, pero hacerlos tiene tanto mérito que hasta puede llevarte en volandas a la Moncloa y convertirte en presidente del gobierno. ¡Qué lástima, ¿verdad?, qué lástima!

Cosas de Garipil

 ¡Hola! Mes a mes hemos llegado al último del año, el de diciembre, el de la Navidad. Por esto os recibo hoy ante este árbol navideño cuyas luces son de mis tres colores: verde, rojo y amarillo. A sus pies encontraréis cada cual vuestro regalo, y mientras abrís el paquete para descubrir mis buenos deseos, os leo este relato navideño. Me ha parecido más propio de estas fechas que los de Letanías. ¿De acuerdo?

 2007. Navalmoral de la Mata (Cáceres). Certamen de Relatos Navideños. RadioNavalmoral. (Cadena COPE) y Central Nuclear de Almaraz. Segundo Premio. Entregado el 5 de enero de 2008 en la biblioteca de la Fundación Antonio Concha.
 
    Las buenas almas

     Molinillos, por aquellos días, era un pueblo de pocas casas y mucha gente. Sólo la casa del Sapaña tenía dos moradores: él y su novia. Estaba ubicada en las afueras del pueblo, justo en el camino que conducía al bosque, un bosque donde los árboles centenarios se peleaban por encontrar espacio para estirar sus ramas, un bosque donde los gritos de los animales salvajes prohibían el paso a la raza humana. Sólo el Sapaña, que tenía más miedo de la raza humana que de los animales salvajes, conocía sus recovecos palmo a palmo.  Aunque muy descuidada, era una casa como las demás, pero ante los peligros del bosque, sus dueños decidieron abandonarla, y como nadie quería heredarla, se la apropiaron ellos. 
    En Molinillos, por aquellos días, no había familias ricas, pero tampoco las había pobres; todas tenían un corral con vacas, cabras, gallinas, cerdos… un huerto para sembrar legumbres y árboles frutales. El Sapaña sólo tenía un hijo, un hijo que se quedó sin madre al nacer.  También él se quedó huérfano siendo niño, y como no tenía padres, a la hora de repartir la tierra, sus abuelos no lo tuvieron en cuenta. Y para poder vivir,tuvo que dedicarse a apañar.
    De Molinillos, por aquellos días, los hijos no tenían que salir fuera para ganarse la vida, todos aprendían el oficio de sus padres y seguían sumando eslabones a una cadena de generaciones que parecía interminable. También el hijo del Sapaña aprendió el oficio de su padre. Salían a apañar por las noches, los dos juntos y cuidando no ser vistos. Cada noche apañaban en un lugar distinto y sólo lo justo para comer al día siguiente.  Las noches de invierno eran maravillosas. La gente se metía pronto al amor de la lumbre y podían moverse con mayor libertad. Las de verano, por el contrario, eran terribles. Después de cenar la gente se sentaba en los poyos de las casas a tomar el fresco y no podían salir. Cuando salían, ya de madrugada, no tenían que encender el candil para cortar los tomates sin hacer daño a la tomatera, y era un alivio, pero la luna, desde el cielo, parecía mirarlos con los ojos de todos los habitantes del pueblo y temblaban de miedo. Pero todas las noches salían, todas menos la noche de nochebuena. Esa noche el padre le decía al hijo:
     -Esta noche VIENE Dios al mundo y no debemos salir a apañar.
      -¿Tienes miedo de que nos vea robar?  -preguntaba el hijo.
     -No, no –respondía el padre-. Nosotros no robamos, apañamos, además, Dios no se enfada con los que roban para comer, se enfada con los que, además de su pan, se comen el pan de los demás.
     -Entonces… -se asombraba el hijo- ¿por qué no salimos si tengo hambre como todas las noches?
     -Porque una nochebuena que fui a la iglesia con mis padres –decía el padre- el cura dijo que esta noche Dios venía al mundo, a visitar a todos los hombres, y como es el que multiplica los panes y los peces para que nadie se quede sin ración, no vamos a  pasar calamidades en balde.
     Pero pasaban los años y como Dios no iba a visitarlos todas las nochebuenas se acostaban sin cenar.
    Una madrugada de julio, cuando ya tenía quince años, Sapaña hijo fue a buscar a su padre para salir a apañar y se lo encontró muerto en su saco de paja. Con un nudo en la garganta se fue a casa del cura.
     -Quiero que mande doblar las campanas, que le diga una misa a mi padre y me deje enterrarlo en el cementerio. En el bosque no puede descansar en paz: al igual que a mi madre, los lobos le sacarán los huesos -le suplicó más que le pidió.
     -Eso, un representante de Dios en la tierra, ni puede, ni debe hacerlo –dijo el cura-. Tu padre vivió en pecado con tu madre que, por su culpa,  sólo por su culpa, se unió a él en contra de la voluntad de los suyos, de los que tuvieron que negarle el permiso para casarse porque quería hacerlo con un hombre que jamás pisaba la iglesia, y aunque muchas veces le pedí que se arrepintiera, nunca pasó por el confesionario. Pero sí puedo bautizarte. Y salvo que reniegues de Dios como ellos, cuando mueras podrás descansar en el campo santo, como descansan todos los cristianos.
     El Sapaña, por toda respuesta, le rompió el jarro del agua bendita de una patada, y dejándolo de rodillas ante sus santos, salió disparado. Al llegar a casa cogió a su padre, lo enterró en el bosque, junto a su madre, y siguió haciendo lo único que sabía hacer: apañar para vivir por las noches, y para no morirse de soledad, vigilar las tumbas de sus padres por el día.
    Fueron pasando los días y llegó por fin el de nochebuena. Recordó que aquella noche no podía salir a apañar, tenía que quedarse en casa, esperando la visita de Dios. Pero le dio tanto miedo quedarse solo que se envolvió en una manta y se fue al pueblo. Aunque con mucha vergüenza, llamó en todas las puertas.
     -Vengo a sentarme a la lumbre mientras cenan ustedes, para oírles hablar, para oírles reír… para no ver los fantasmas que han llegado a mi casa.
     En todas le respondieron que imposible, que era noche de cristianos, y para que viera la bondad de sus corazones, le daban un flan, un plato de arroz con leche, unas rosquillas de miel… Pero a todos le hizo lo que le hizo al cura: romperles de un puñetazo el recipiente de la golosina y salir corriendo
    Al año siguiente las buenas almas de Molinillos temieron que el Sapaña volviera con ansias de venganza. Para librarse de su cólera, cerraron las puertas a cal y canto. Al filo de las doce, cuando ya los platos, las fuentes y los vasos  estaban vacíos, oyeron una trompeta que desgranaba un villancico tan dulce, tan cálido y entrañable que, muertos de curiosidad, se echaron a la calle. Siguiendo el sonido de la trompeta llegaron a la iglesia. La sorpresa les dejó paralizados. Ante la puerta, a pie firme, estaba un ángel, el ángel que interpretaba los villancicos, tenía una túnica celeste, un velo que sólo le dejaba libres los ojos y unas alas de plumas blancas sobre los hombros, en una mano llevaba un cirio encendido, y en la otra, la trompeta.
     -Es el Ángel de Dios que viene a anunciarnos la llegada de su Hijo amado -dijo el cura. Y todos se santiguaron, se pusieron de rodillas, escucharon el concierto con absoluta devoción y sólo cuando el cirio empezó a dar las boqueadas y el ángel les bendijo y se retiró, volvieron a casa
    Pasó un año. Llegó la nochebuena. Las buenas almas de Molinillos cenaron más temprano y, convencidas de que volvería,  salieron a recibir al ángel. A las doce en punto vieron una luz blanca, zigzagueando a lo lejos. Era el ángel que por buenos cristianos volvía a darles su concierto de villancicos y a echarles su bendición. Y la escena se repitió al año siguiente, y al otro, y al otro… Ni siquiera el año de la gran nevada el ángel faltó a su cita, y, año tras año, las buenas almas de Molinillos, le pedían salud para los suyos y le daban las gracias por sus bendiciones.
    Pasó el tiempo. El cura era ya muy viejo. Ya eran padres los que eran hijos cuando el ángel fue a visitarlos por primera vez. Llegó la nochebuena de aquel año y nadie faltó a recibirlo, pero amaneció el nuevo día y el ángel no apareció.
      -¿Qué le hemos hecho, padre? –preguntaron las buenas almas al cura- No hemos matado a nadie, a nadie le hemos robado; todos seguimos siendo buenos cristianos.
     -Todos no -reflexionó el cura-, el Sapaña sigue en pecado, y sólo porque la paciencia de Dios es infinita, el ángel no se ha cansado antes de venir. Y las buenas almas lo vieron claro. Por un pecador, no podían condenarse todos. Tenían que echar al Sapaña del pueblo. Bien pensado, era justo que Dios se enfadara. Ni siquiera vivía en su casa. Era una casa robada, como todo lo que comían que, aunque todos callaban por miedo a su cólera, todos lo sabían.
    El día de Navidad, al salir de misa, las buenas almas y el cura de Molinillos se encaminaron a la casa del bosque. Al llegar a la puerta se toparon con dos calaveras, dos calaveras que los animales habían desenterrado durante la noche, dos calaveras que imploraban un palmo de tierra para descansar en paz. Volviendo los ojos de horror, todos las rodearon. ¡Tan tan!, golpeó alguien la puerta, pero nadie respondió. ¡Tan tan!, la golpearon varios a la vez, pero sólo respondió el silencio. Por fin se adelantó alguien y la tiró de una patada.
     -¡Pase, padre, pase usted primero, que si paso yo…!
     No tuvo que terminar la frase para perder el miedo. Ante sus ojos, ante los ojos del cura y los de sus buenas almas, el Sapaña yacía muerto. Tenía una túnica celeste, la cabeza cubierta con un velo que todavía no le tapaba la cara, unas alas de plumas blancas sobre los hombros, una trompeta colgada al cuello, un cirio en la mano izquierda y en la derecha un mechero para encenderlo y marcharse al pueblo para dar su concierto a cambio de compañía.

    María Jesús Sánchez Oliva.

     Gracias por tu visita y Feliz Navidad. Y si quieres contactar conmigo, ya sabes:
    garipil94@oliva04.e.telefonica.net