sábado, 5 de diciembre de 2015

Portada

 Queridos lectores: Acaba de salir el número 38 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.

    Nota importante

    Algunos lectores de este periódico, sobre todo los que trabajan con revisores de pantalla, se quejan de que no pueden poner comentarios. Esto puede deberse a varias cosas: problemas con Internet, cambios en la página de Blonger, falta de accesibilidad en algunas opciones… De todos modos, si quieres que tus comentarios aparezcan en cualquiera de las secciones, puedes enviarlos al correo electrónico del blog y aparecerán. Es el siguiente:

    mjsanchezoliva@gemail.com

    También la puedes localizar visitando el enlace Página de Perfil.

    Recuerdo y mensaje

        Todas las secciones de este número deberían estar dedicadas a las víctimas de los atentados de París, pero no hay palabras para narrar tanto dolor, tanto horror, tanta indignación, estos sentimientos, que son los mismos que brotan ante todos los atentados terroristas, ante todas las guerras, ante las víctimas de cualquier tipo de violencia organizada, solo pueden expresarse con lágrimas, con tristeza, con silencio, las palabras solo tienen fuerza para recordar a todos los gobernantes que todos los que en estos días “somos París” somos también los que pedimos justicia propia de países civilizados y no venganza propia de países bárbaros, la libertad, la igualdad y la fraternidad que predican para consolarnos, recompensarnos y tranquilizarnos, ni tienen ni tendrán sentido en lo que un solo ciudadano tenga que morir por un dios, por una patria o por una idea, es hora de que los ciudadanos dejemos de ser la moneda de cambio de los gobiernos.   
  
        Tarjeta de Navidad

    Estamos a las puertas de un año que se va y de otro que viene. Ojalá que al hacer balance del 2015 sea positivo y el 2016 multiplique lo bueno y reste lo malo.
    Paz, salud y trabajo para todos.

    Contenido

    La Vitrina: Hoy toca hacer balance de los libros leídos a lo largo del año que se va.  
    Mesa camilla: Los regalos de los políticos tienen más de trampa que de derechos.
    Cajón de Sastre: Historia del reloj que acompaña a los españoles a despedir el año.
    El Álbum de la Lengua: Origen de una expresión muy española.
    La Butaca: Preciosa noticia publicada en su día por un periódico salmantino.
    Carta a… don Joaquín Rodrigo, gran compositor español.
    Cosas de Garipil: Garipil hoy quiere leerte un poema, forma parte del libro “Cuentos de la cigüeña”. Disculpa sus reflexiones.

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

    María Jesús. 

    Seguidores de Honor:
    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.
    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.
    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.
    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

La Vitrina

Poema

    El perro cojo

Con una pata colgando,

despojo de una pedrada,

pasó el perro por mi lado,

un perro de pobre casta.

Uno de esos callejeros,

pobres de sangre y estampa.

Nacen en cualquier rincón,

de perras tristes y flacas,

destinados a comer

basuras de plaza en plaza.

Cuando pequeños, qué finos

y ágiles son en la infancia,

baloncitos de peluche,

tibios borlones de lana,

los miman, los acurrucan,

los sacan al sol, les cantan.

Cuando mayores, al tiempo

que ven que se fue la gracia,

los dejan a su ventura,

mendigos de casa en casa,

sus hambres por los rincones

y su sed sobre las charcas.

Qué tristes ojos que tienen,

que recóndita mirada

como si en ella pusieran

su dolor a media asta.

Y se mueren de tristeza

a la sombra de una tapia,

si es que un lazo no les da

una muerte anticipada.

Yo le llamo: psss, psss, psss.

Todo orejas asustadas,

todo hociquito curioso,

todo sed, hambre y nostalgia,

el perro escucha mi voz,

olfatea mis palabras

como esperando o temiendo

pan, caricias... o pedradas,

no en vano lleva marcado

un mal recuerdo en su pata.

Lo vuelvo a llamar: psss, psss.

Dócil a medias avanza

moviendo el rabo con miedo

y las orejitas gachas.

Chasco los dedos; le digo:

"ven aquí, no te hago nada,

vamos, vamos, ven aquí".

Y adiós la desconfianza.

Que ya se tiende a mis pies,

a tiernos aullidos habla,

ladra para hablar más fuerte,

salta, gira; gira, salta;

llora, ríe; ríe, llora;

lengua, orejas, ojos, patas

y el rabo es un incansable

abanico de palabras.

Es su alegría tan grande

que más que hablarme, me canta.

"¿Qué piedra te dejó cojo?

Sí, sí, sí, malhaya".

El perro me entiende; sabe

que maldigo la pedrada,

aquella pedrada dura

que le destrozó la pata

y él, con el rabo, me dice

que me agradece la lástima.

"Pero tú no te preocupes,

ya no ha de faltarte nada.

Yo también soy callejero,

aunque de distintas plazas

y a patita coja y triste

voy de jornada en jornada.

Las piedras que me tiraron

me dejaron coja el alma.

Entre basuras de tierra

tengo mi pan y mi almohada.

Vamos, pues, perrito mío,

vamos, anda que te anda,

con nuestra cojera a cuestas,

con nuestra tristeza en andas,

yo por mis calles oscuras,

tú por tus calles calladas,

tú la pedrada en el cuerpo,

yo la pedrada en el alma

y cuando mueras, amigo,

yo te enterraré en mi casa

bajo un letrero: "aquí yace

un amigo de mi infancia".

Y en el cielo de los perros,

pan tierno y carne mechada,

te regalará San Roque

una muleta de plata.

Compañeros, si los hay,

amigos donde los haya,

mi perro y yo por la vida:

pan pobre, rica compaña.

Era joven y era viejo;

por más que yo lo cuidaba,

el tiempo malo pasado

lo dejó medio sin alma.

Y fueron muchas las hambres,

mucho peso en sus tres patas

y una mañana, en el huerto,

debajo de mi ventana,

lo encontré tendido, frío,

como una piedra mojada,

un duro musgo de pelo,

con el rocío brillaba.

Ya estaba mi pobre perro

muerto de las cuatro patas.

Hacia el cielo de los perros

se fue, anda que te anda,

las orejas de relente

y el hociquillo de escarcha.

Portero y dueño del cielo

San Roque en la puerta estaba:

ortopédico de mimos,

cirujano de palabras,

bien surtido de intercambios

con que curar viejas taras.

"Para ti... un rabo de oro;

para ti... un ojo de ámbar;

tú... tus orejas de nieve;

tú... tus colmillos de escarcha.

Y tú, -mi perro reía-,

tú... tu muleta de plata".

Ahora ya sé por qué está

la noche agujereada:

¿Estrellas... luceros...? No,

es mi perro cuando anda...

con la muleta va haciendo

agujeritos de plata.

    Manuel Benítez Carrasco

    Balance anual

    Llegamos al final del año y toca hacer balance de los libros leídos y releídos durante sus doce meses. En total han sido 24, 5 menos que el año anterior. ¿Y Tú? Unos han sido recomendados en este espacio; otros, no. Incluyo el listado de títulos y autores por si alguno te interesa. 

    El médico, de Gordon Noah.
     Las pequeñas espinas son pequeñas, de Raquel Lanseros.
    El mercado de Barceló, de Almudena Grandes.
    Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes. 
    Lo que encontré bajo el sofá, de Eloy Moreno.
    Dios hizo el mundo en 7 días… y se nota, de Luis Landero.
    La ilustre fregona, de Cervantes.
    El invierno del mundo, de Ken Follett.
    Pepa Niebla, de Torcuato Luca de Tena. 
    Archipiélago Gulag, de Aleksandr Solzhenitsyn. 
    La joya de Medina, de Sharry Jone. 
    El lector de Julio Verne, de Almudena Grandes.
    Una apuesta indecente, de Emma Wildes.
    El puente de Alcántara, de Frank Baer.
    La librería ambulante, de Christopher Morley. 
    Día de Reyes Magos, de Emilio Pascual. 
    La puerta pintada, de Carlos Aurensanz.
    El pabellón de las peonías, de Lisa See. 
    El perfume de nuestra tierra, de Kenizé Mourad. 
    La bibliotecaria de Auschwitz, de Antonio G. Iturbe. 
    Hija de la memoria, de Edwards Kim.
    La  bendición de la tierra, de Knutt Hamsun.
    Los privilegios del ángel, de Dolores Redondo Mieira.
    Las horas distantes, de Kate Morton.
Poema y balance,

Mesa camilla

De entre los muchos “regalos” que el señor Rajoy nos ofrece estos días para que no le obliguemos a andar de mudanza en plenas navidades, destaca uno  que, por muchos lacitos rosas que le ponga, merece un desahucio de esos que se han practicado a lo largo y ancho de su mandato. Se trata del   cinco por ciento con el que se bonificarán a partir de  enero las pensiones de las mujeres por cada hijo que hayan parido, igual da que el hijo viva o no, que dependa de ellas o haya formado su propia familia, que se valga por sí solo o que necesite ayuda por alguna limitación física, que no disponga de recursos económicos o que le salgan los euros por las orejas, lo necesario para percibir la bonificación es que lo hayan parido.
    Para empezar, como todos los regalos que se hacen en vísperas de elecciones,  seguro que viene con trampa. Lo normal es que, una vez ganadas las elecciones, se suprima el derecho, y si sigue vigente, se suben las retenciones y se matan dos pájaros de un tiro: se cumple la promesa y se recauda lo mismo, algo muy propio también de toda la legislatura.
     La subida del IVA fue un mazazo para las pequeñas empresas, empresas familiares generalmente, con trabajadores autónomos sin bonificaciones en las cuotas a la Tesorería y teniendo que pagar el IVA y demás impuestos sin haber cobrado las facturas de los clientes. Algunos ayuntamientos, aplicando esta trampa, no pagaron el IVA establecido y cumplieron la ley, lo resolvieron obligando a las empresas con las que tenían contratados servicios de mantenimiento a rebajarles del precio del servicio el importe del IVA, y esto son lentejas… 
     Pero volviendo al regalito que nos ocupa ¿puede haber medida más impropia de gobernantes responsables?
    Cualquiera, medianamente inteligente, entiende que el Estado, es decir, los contribuyentes que son los que ponen el dinero, contribuya a la educación de los hijos, a su salud, a su formación profesional y a su bienestar si fuera preciso, porque son el futuro de un país, y de lo que hoy les demos, depende lo que recibamos mañana. Pero una cosa es esto y otra muy distinta bonificar a las madres, solo a las madres, no a los padres, que los padres, aunque hayan cotizado más y tengan más necesidades, no paren, por el simple hecho de haberlos parido y en un momento en el que son ya los hijos los que deben ayudar a los padres y no los padres a los hijos. Sin trampa, incluso, estamos pues ante una medida tan ilógica como injusta.
    El derecho a una pensión se genera con las cotizaciones a lo largo de la vida laboral. La cuantía depende de las cotizaciones y, en idéntica situación, lo mismo cotizan las mujeres que han parido que las que no lo han hecho. Por esta regla de tres tan fácil de entender, si a las madres se les incrementa la pensión por serlo, a las que no lo son, por no serlo, se les debería devolver lo que pagaron demás, incluso Más cerca de la sensatez estaría el bonificar las pensiones de las últimas, al fin y al cabo han pagado lo mismo y nunca ocasionaron al Estado gastos de becas, ayudas de guardería, prestaciones de maternidad, de reducciones de Hacienda y otros beneficios, y mientras que las madres tienen hijos para ayudarlas, las que no lo son, no pueden contar con ellos.
    Pese a todo lo reflexionado, quede claro que las trabajadoras sin hijos no están en contra de que se mejoren las pensiones, están en contra de que los gobernantes sigan pretendiendo ganar elecciones creando diferencias entre los ciudadanos, reemplazando los derechos con favores, fomentando injusticias que a todas luces marginan los valores y engañándolos con regalos-trampa como este.
    Así pues, las futuras pensionistas que el próximo día 20 decidan votar al señor Rajoy por esta razón, deben ser conscientes de que, además de no tardar en descubrir que las ha engañado sin mentir, estarán atentando contra los derechos de sus propios hijos.

Cajón de Sastre

 ¿De dónde surge la tradición de celebrar la Nochevieja bajo el reloj de la Puerta del Sol? 
 
    Respuesta:

     CADA 31 de diciembre, miles de personas se concentran bajo el reloj de la Puerta del Sol de Madrid para despedir al viejo y dar la bienvenida al nuevo año.
     El simbolismo del lugar, al ser el kilómetro cero de todas las carreteras radiales que parten desde la capital de España, sumado a la majestuosidad del edificio donde está enclavado el reloj, hizo que fuese el punto elegido por los madrileños de antaño para celebrar la llegada del nuevo año.
     Desde que se colocó en 1866 el reloj en la torre de la Casa de Correos (actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid) bastantes eran las personas que se dejaban caer por allí el último día del año y esperaban escuchar sonar las doce campanadas que les anunciaba el cambio de dígito.
     Eran tiempos en los que no era habitual tener un reloj en los hogares y en el que las familias al completo iban a recibir el año nuevo frente al reloj público o campanario más cercano. En los pueblos era típico reunirse en la plaza del ayuntamiento.
     La entrada en el siglo XX, la Nochevieja de 1899, concentró al mayor número de curiosos hasta esa fecha en la Puerta del Sol.
     La llegada de la radio a muchos hogares hizo que cada vez fuera menor la afluencia a las plazas y lugares públicos, pasando a celebrarse cada vez más en fiestas privadas en casas, restaurantes y hoteles, donde escuchaban la retransmisión radiofónica de las doce campanadas.
     La celebración tal y como la conocemos actualmente, con cotillón y fiesta a lo grande, es una costumbre importada desde EE.UU., donde a partir de 1907 se impuso la moda de despedir multitudinariamente el año en la calle desde la famosísima plaza de Times Square. Poco a poco el festejo popular y callejero se fue imponiendo en nuestro país.
     En España las aglomeraciones en torno a la Puerta del Sol ganaron en popularidad con la llegada de las retransmisiones televisivas por la entonces única cadena de Televisión Española, a partir de 1962. Desde entonces, la televisión pública ha repetido cada año desde ese lugar, a excepción de una única vez en la Nochevieja de 1972, en que se realizó desde el reloj del Ayuntamiento de Barcelona, situado en la Plaça Sant Jaume.

El Álbum de la Lengua

Estar más liado que la pata de un romano

     Utilizamos esta frase con frecuencia, y como buenos hablantes que somos, debemos conocer su origen. 
    La expresión hace referencia a las sandalias que eran utilizadas por los antiguos romanos, que llevaban unas largas tiras de cuero desde la suela para así quedar bien sujetas al pie y no soltarse al caminar o al correr. Estas tiras iban atadas a lo largo de la pierna, dando vueltas alrededor de ella, desde el tobillo hasta la pantorrilla, donde eran anudadas.
     Todo hace pensar que la popularización de la imagen de los soldados del Imperio Romano a través de las películas hizo que se utilizase dicha expresión como sinónimo de estar muy liado, que, en un lenguaje más coloquial, quiere decir tener mucho trabajo, tareas e incluso problemas o dificultades para hacer algo.

La Butaca

Noticia de senderismo de la ONCE en la Gaceta de Salamanca

    La ruta teresiana, a través de la mirada del corazón

    Un grupo de la ONCE en Salamanca realizó el tramo "De la cuna al sepulcro" desde Macotera hasta Mancera

    09.11.2015  

    La mirada del corazón se hizo presente ayer domingo en la ruta que medio centenar de miembros de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) de Salamanca realizaron por el tramo “De la cuna al sepulcro” entre las localidades de Macotera y Mancera de Abajo.
 
    En una espléndida mañana del popular “veranillo de San Martín”, los participantes recorrieron a pie ocho kilómetros por el mismo sendero que pisó la Santa Andariega experimentando sensaciones como los aromas que desprende el campo en la otoñada, los sonidos de sus propios pasos al caminar, el tacto   de bastones y lazarillos que facilitaron el trayecto y el gusto de una comida de confraternidad en la mejor compañía.

    Desde Salamanca informó para 30 días Eliecer.

Carta a...

Debería llamarlo Marqués de los Jardines de Aranjuez, precioso título con el que ennobleció su persona en 1991 el rey Juan Carlos, pero prefiero llamarlo don Joaquín, como  me lo presentaron hace ya muchos años, en su despacho de la entonces Dirección Provincial de la ONCE en Madrid, cuando ocupaba usted todavía la jefatura del negociado de Arte y Propaganda, como lo llamaban sus subordinados, sus compañeros y hasta el señor de la cafetería donde coincidíamos frecuentemente. Esto no implica menosprecio ni a su persona ni a su obra. Cuenta con mi respeto y reconocimiento desde antes de conocerlo personalmente incluso, y la prueba más evidente es que hoy, para darle las gracias por cuanto nos dejó, le dedico estas líneas.
    El pasado martes 9 de noviembre fue una fecha importante para la música, se cumplieron 75 años del estreno en Barcelona del concierto de Aranjuez, su concierto, maestro, la composición musical que más derechos de autor ha generado, el adagio que ha sido traducido en todos los idiomas, el que más intérpretes ha tenido y sigue teniendo, el que gusta por igual a los amantes de la música clásica, como a los que dicen aburrirse con ella. ¿Quién no se ha emocionado con la poesía de su letra y con la magia de sus notas? Reflexionemos un instante. Nadie ignora quien era Schubert, Beethoven, Albéniz y otros grandes compositores, pero solo los entendidos conocen los títulos de sus obras; no todos saben quien fue Joaquín Rodrigo, pero todos han cantado su concierto de Aranjuez, lo han bailado y, gracias a él, se han enamorado de ese municipio madrileño que usted mitificó para siempre. ¿Sería usted consciente del resultado cuando lo escribió? Seguramente que no, los grandes creadores crean lo que sienten, no lo que conviene, y después es el tiempo quien les da el valor que merecen. De hecho lo escribió usted con un solo propósito: como regalo a Victoria, su esposa, con la que había pasado la luna de miel en Aranjuez. Por aquellos días vivían en París, lejos de la guerra civil española y cerca de la segunda guerra mundial. Si las notas de su concierto de Aranjuez hubieran sonado en todos los frentes, las armas se habrían callado avergonzadas, pero llegó tarde y menos mal que, tras salvar los obstáculos propios de la dictadura, pudo estrenarse en Barcelona el 9 de noviembre de 1940.
    Por ello, ante tan significativo aniversario, me parece de justicia hilvanar estas líneas para expresarle, en nombre de todos los enamorados de su concierto de Aranjuez y en mi propio nombre, nuestra gratitud por la valiosa herencia que nos dejó.
    Gracias, don Joaquín, muchas gracias.

Cosas de Garipil

 ¡Hola! Debería estar muy alegre, estamos en el mes de Navidad, pero la verdad, estoy muy triste, tan triste como preocupado. Me duelen los atentados de París. ¿Cómo es posible que los seres humanos –por llamarlos de alguna manera- cometan e impulsen actos tan salvajes? Me duele que los ciudadanos y los gobernantes que han manifestado públicamente su apoyo al pueblo francés, se callen ante los atentados que con peores consecuencias incluso sufren otros  pueblos del planeta. ¿Quién les ha dicho que el derecho a la vida dependa de la nacionalidad? Me duele que  los gobernantes prometan  acabar a bombazo limpio con los terroristas porque eso no es posible y ellos lo saben. Si hay organizaciones terroristas, es porque alguien les vende las armas, si hay terroristas que matan, es porque alguien les enseña a manejar las armas, si hay guerras, es porque alguien las inventa, y si alguien inventa o protege cualquier tipo de violencia organizada, es porque sabe que él no morirá en una guerra, ni sus hijos serán víctimas de un atentado, ni sus familias correrán ningún riesgo y sus cuentas corrientes crecerán vertiginosamente. ¿No será que lo que pretenden es gastar armas para que no quiebre el negocio? Me duele que todavía queden ciudadanos que se dejen convencer por los gobernantes y ante sus drásticas soluciones los consideren héroes. ¿Es que no se dan cuenta de que al final de todas las contiendas ellos ganan y los pueblos pierden? Solo me consuela una cosa: que cada vez son menos a reirles las gracias. Estos días, por ejemplo, los españoles, en lugar de debatir sobre los partidos que se presentan a las próximas elecciones como en comicios anteriores, se preguntan ¿a quién votamos? Salvo sus parientes y amigos, están hartos de políticos que han mangado a manos llenas y no han devuelto ni un céntimo, de crisis inventadas para destruir puestos de trabajo, arruinar pequeñas empresas en beneficio de las grandes y acabar con derechos que costó mucho conseguir, de recortes que solo afectan a la enseñanza, a la sanidad y a otros servicios públicos. Ahora, como de costumbre, todos los partidos que concurren a las urnas el próximo día 20 prometen acabar con el paro, con los vergonzosos contratos basura, con las listas de espera en los hospitales, subirán las pensiones más bajas, bajarán los impuestos, descongelarán los salarios, las familias más desfavorecidas cobrarán un sueldo al mes, los ancianos tendrán residencias públicas, que las privadas son caras, y los pensionistas que pueden pagarlas son jóvenes, y los autónomos… bueno, los autónomos, los que han sido castigados por todos los gobiernos y de todas las formas habidas y por haber, ni van a saber qué hacer con tantas subvenciones como van a recibir. Pero el problema para creerlos es que ninguno explica de dónde demonios va a sacar el dinero. De sus bolsillos, desde luego que no, es tradición que en cuanto cogen el poder empiecen a medrar que cuatro años pasan volando y las falacias para conseguir votos ya están muy repetidas. Por eso entiendo que se pregunten a quién votan. Me gustaría decirles que a nadie hasta que no hagan lo bueno igual de bien que hacen lo malo, pero soy un simple semáforo y mi obligación es ayudar a los hombres, nunca pensar por ellos y mucho menos decidir. Por eso prefiero callarme y leerte este poema con el sincero deseo de que llegue el día en que las plumas no tengan que escribir historias como la de Gris.
    Felices fiestas a pesar de todo.
      
        EL GUSANILLO QUE NO TENÍA JUGUETES PARA JUGAR

    Gris tenía tantos años 
como dedos en las manos 
y nunca se había puesto zapatos, 
ni falda nueva, ni en el pelo lazos. 
Ni siquiera sabía con certeza 
si era muy guapa, del montón o muy fea: 
en la cueva de sus padres, 
sobre las paredes de aire, 
jamás hubo espejos de luna clara 
ni lunas de espejos como la plata; 
solo un plato redondo 
donde comían todos 
cuando, vendiendo baratijas, 
su padre llevaba comida. 
Para el calor en invierno, 
un montoncito de leños; 
para la sombra en verano, 
cortinas de cartón blando, 
y de cama, las hamacas 
donde con sol se acostaban, 
para evitar que la noche 
con su mochila de horrores 
los pillara ante la mesa 
tristes de hambre y sin cena. 
    Gris era la última en acostarse 
y la primerita en levantarse. 
    —A dormir que, si tardáis un poco, 
se os despierta el gusanillo loco 
y, en cuanto se aburra de jugar solo, 
os hará cosquillas en el estómago, 
pero no de las que hacen reír, 
de las que os harán llorar así 
-les decía su mamá, 
y lloraba de verdad. 
    Sus hermanos más pequeños 
se rendían ante el miedo, 
pero ella cerraba los ojos a cal y canto, 
se abrazaba el estómago cruzando los brazos, 
invertía horas 
en probar fórmulas 
y la noche doblaba siempre la esquina 
sin que el sueño diera señales de vida. 
    —¿Por qué mi gusanillo se aburre tanto? 
-preguntó una de tantas noches en blanco. 
    —Porque necesita juguetes para jugar, 
y, aunque a gritos los pide, nadie se los da 
-le respondió su madre entre dientes y muy seria, 
con la vana esperanza de que no la entendiera. 
    Una de las últimas noches de septiembre 
se puso el gusanillo tan impertinente 
que Gris saltó de la hamaca, 
salió en silencio de casa, 
llegó a las cloacas malolientes 
y empezó a buscarle juguetes. 
Si su gusanillo jugaba, 
podría dormir hasta el alba. 
Pero ni una vieja rata, 
ni cáscaras de naranjas, 
por más que arañó y arañó albañales, 
por menos que respetó muladares, 
ni moras encontró en las zarzas 
para que el gusano jugara. 
    Con el gusano a punto de desmayarla 
tuvo que resignarse a volver a casa. 
    De tanta, tanta angustia ni podía llorar, 
pero al pasar por la puerta de una tienda ¡zas!, 
un garbanzo salió por la cerradura volando 
y en un periquete se plantó entre sus pies descalzos. 
    —¡Hola! -le espetó cuando de alegría loca 
extendió las dos manos y abrió la boca-. 
No engañes a tu gusano 
con un garbanzo dorado 
que, como el de cualquier humano, 
necesita tres platos diarios. 
Si quieres que deje de darte guerra, 
en vez de comerme, corre y me siembras 
que, aunque me veas tan chiquitín, 
puedo multiplicarme por mil. 
    Muy en contra del gusanillo 
metió el garbanzo en el bolsillo, 
y antes de sacar la mano vacía, 
de igual modo salieron dos judías, 
una era blanca, la otra era pinta, 
y ambas gritaron con alegría: 
    —¡Si nos siembras también, 
jugaremos con él! 
    Todavía las tenía en la mano 
cuando la sorprendieron dos hermanos, 
uno era verde, el otro era rojo, 
y se decían el uno al otro: 
    —Para que me siembre con las judías, me voy corriendo 
que, aunque se crean muy buenas, necesitan un pimiento. 
    —Espera, te acompaño para que también me plante, 
que hasta sin sal y sin aceite nutre un tomate. 
    Ya estaba lleno el único bolsillo de su falda 
cuando llegaron una cebolla con siete capas, 
tres jovencitas lentejas 
y una patata muy vieja. 
    —Ya sé que no quepo, 
pero hacedme un hueco, 
allí donde yo germino 
no hay gusanillo aburrido, 
pues, aunque me ven tan simple, soy juguete tan mágico 
que vuelto tortilla paso de la sartén al plato; 
en patatas a la importancia 
me vuelvo al vestirme de gala; 
me puedo freír, me puedo cocer, 
ensalada soy con sal y laurel; 
de entre las brasas del fuego pueden sacarme asada 
y lo mismo les divierto sola que acompañada; 
tan delicioso que igual me quieren para jugar 
los gusanos de los pobres que el gusanillo real, 
y tan justo en el reparto de dones, 
que igual engordo a niños que a mayores. 
    Con los últimos rayos de la luna lunera 
Gris los metió a todos en el vientre de la tierra. 
    —¡Hola! -le dijo el aire de la mañana-. 
Para que te prendan, abriré mis alas. 
    —Y yo les daré agua para que broten 
-dijo una nube de rosados bordes. 
    —Y yo, para que florezcan, calor 
-añadió el sol en cuanto salió. 
    Y aquella anhelada primavera 
recogió la primera cosecha, 
y con ella desaparecieron para siempre todas las noches en blanco 
del año, 
pues, antes de acostarse el gusanillo tenía para jugar juguetes en el plato.

        Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
    Garipil-1995.
    Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
    Letanías-1999.
    Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
    El rosario de los cuentos-2003.
    Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
    Cartas de la Radio-2007.
    Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc, y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
    Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)-2014.
    Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás –y los papás- disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

    Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, , solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

garipil94@oliva04.e.telefonica.net 

    Estaré encantado de responderte.

    Gracias por tu visita y hasta el próximo número.