viernes, 1 de julio de 2016

CARTA AL...

Querido toro de la Vega:
    Desde hace más de quinientos años eres el plato fuerte de las fiestas patronales de Tordesillas (Valladolid). El espectáculo taurino que protagonizas año tras año es conocido como “El torneo del toro de la Vega” y consiste en que decenas de hombres, a caballo o a pie, te persiguen con lanzas que te clavan en un costado hasta darte muerte entre los oles, vítores y aplausos del numeroso público.
     Siempre hubo voces que se alzaron en tu defensa, pero nunca fueron oídas por nadie, y la barbaridad, en lugar de perder aficionados locales, atraía forasteros. Tal fue el éxito que el torneo fue declarado fiesta de interés turístico en 1980 y espectáculo taurino tradicional en 1999. Pero las voces de los defensores de los animales, en este caso cargadas de razón, siguieron gritando, y tan presionada se ha visto la Junta de Castilla y León que el pasado 19 de mayo publicó un decreto-ley que no prohibe el torneo, pero sí la muerte del toro en público que, dicho sea de paso, no sabemos muy bien si esto es una ley-trampa o una trampa-ley porque ¿Qué es lo que se prohíbe, que no te maten solamente o también que los lanceros no te martiricen con sus lanzas?...
     Me gustaría darte la enhorabuena. No estoy en contra de los espectáculos taurinos, tan nuestros, tan bellos, estoy en contra de que se humille a los toros, se martiricen y se les de muerte para divertirnos. Pero todo indica que la medida del Gobierno autonómico no servirá de mucho. De momento, el Ayuntamiento de Tordesillas, ha anunciado que recurrirá la ley, y los vecinos del pueblo y los defensores del torneo proyectan empezar a movilizarse para que el torneo siga celebrándose del mismo modo. Todos fundan su defensa en la tradición, como si lo malo, por el hecho de repetirse, se convirtiera en bueno. Por esta regla de tres, tendríamos que seguir defendiendo las guerras, que son tan antiguas como la humanidad, la venta y compra de hombres y mujeres como esclavos, la quema de personas en las hogueras públicas,el tráfico de niños, los duelos por honor, la pena de muerte, el hambre… y afortunadamente no es así.
     Dirán los defensores del torneo en su forma original que esto no es comparable, que una cosa son las personas y otra los animales, pero los que disfrutan maltratando inútilmente a un animal, no están muy lejos de hacer lo mismo con sus semejantes si llegara el caso.
    Deseo, querido toro de la Vega, por tu bien y por el de los hombres, que las energías que proyectan gastar para recuperar el permiso oficial para poder maltratarte hasta darte muerte, las inviertan en impedir que se cierre la central lechera Lauki que dejará en la zona decenas de trabajadores en la calle. Defender estas cosas es lo que vale la pena y dignifica al género humano.
    Ojalá seas el primer toro de la Vega que puedas mirar a los hombres sin miedo.

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