sábado, 2 de julio de 2016

PORTADA

 Queridos lectores: Acaba de salir el número 44 de 30 días, mi periódico, tu periódico, el periódico de cuantos quieran leerlo.

    Te recuerdo que puedes ser uno de mis corresponsales. Para esto basta con que envíes tus crónicas a: mjsanchezoliva@gmail.com, poniendo en el asunto “30 días” y en el mensaje el lugar de procedencia.

    NOTA IMPORTANTE

    Algunos lectores de este periódico, sobre todo los que trabajan con revisores de pantalla, se quejan de que no pueden poner comentarios. Esto puede deberse a varias cosas: problemas con Internet, cambios en la página de Blonger, falta de accesibilidad en algunas opciones… De todos modos, si quieres que tus comentarios aparezcan en cualquiera de las secciones, puedes enviarlos al correo electrónico del blog y aparecerán. Es el siguiente:

    mjsanchezoliva@gemail.com

    También la puedes localizar visitando el enlace Página de Perfil.  

    CONTENIDO

    LA VITRINA: Agenda:  historia del orinal. Libros: “Las siete cajas” y “La sonata del silencio”.  
    MESA CAMILLA: Los españoles se niegan a que sus votos sigan sirviendo para que los políticos se pongan las botas.
    CAJÓN DE SASTRE: ¿Sabemos con detalle qué son los papeles de Panamá?
    EL ÁLBUM DE LA Lengua: Origen de la expresión despedirse a la francesa.
    LA BUTACA: La noticia que esperábamos.
    CARTA a… toro de la Vega.
    COSAS DE GARIPIL: de “El rosario de los cuentos”, uno más.

    Si has visitado cualquiera de las secciones, mil gracias; si las has visitado todas, un millón.

    Volveremos a encontrarnos en el próximo número.

    María Jesús. 

    Seguidores de Honor:
    Mónica Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 23-IV-2012.
    Arturo Arias Terceiro. Nacionalidad: argentina. 12-VI-2012.
    María del Mar Nuevo Vialás. Nacionalidad: española. 29-VI-2013.
    Concepción Martín Martín (Conchi). Nacionalidad: española. 19-IV-2015.

LA VITRINA

AGENDA CULTURAL

        El orinal, una pieza de museo.

     ESTE objeto, ya prácticamente desaparecido hoy en día, viene utilizándose desde antiguo, teniendo noticias de su uso por parte de los guerreros de Xian en China y de los egipcios en la XIX dinastía.
     A lo largo de los siglos ha ido cambiando de nombre (bacinilla, cuña, perico), forma y materiales (cerámica, estaño, hierro, bronce, loza, plástico), llegando a convertirse en ocasiones en una verdadera obra de arte o elemento de ostentación por estar hecho de un material noble como la plata o incluso el oro, como es el caso del perteneciente al emperador Heliogabalo. En la Roma clásica se fabricaban en bronce y se denominaba matula o matella formando parte del mobiliario. A partir del siglo XVII se comenzaron a fabricar en gres y porcelana.
     Durante una época fue costumbre colocar un ojo pintado en el fondo del orinal, con la inscripción «¡Te veo!» o «¡Lo que he de ver!».
     Tiene su origen en el vaciado de los orinales hacia la vía pública la expresión «¡agua va!» cuando en las casas no había un sistema de cañerías y el contenido de los orines era lanzado a la calle, sin fijarse si pasaba por allí algún transeúnte. Aunque teóricamente había que hacerlo a unas horas determinadas y avisar de lo que se iba a hacer (con el grito «¡agua va!»), no todo el mundo cumplía con este requisito. En la actualidad esta expresión se utiliza para avisar de que vamos a realizar una acción y así prevenir a los demás de sus posibles consecuencias.
     En Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, se ubica el Museo del Orinal, que recoge aproximadamente unas 1320 piezas procedentes de 27 países diferentes, fabricados con todo tipo de materiales como barro, hojalata, madera, cristal, oro o plata. El más antiguo de los ejemplares es un bacín islámico del siglo XIII hecho de barro y adornado con pinceladas de óxido de cobalto. El ejemplar más pequeño tiene el tamaño de un garbanzo y está hecho por un joyero suizo en platino, mientras que el más grande es de barro, mide 45 centímetros de altura y es originario de la misma Ciudad Rodrigo.

        LOS LIBROS DE ESTE MES

     Título: Las siete cajas.
    Autora: Dory Sontheimer.
    Reseña: En los últimos años de su vida, Rosa olvidó el castellano. Solo hablaba en alemán y a veces gritaba sobresaltada, en su casa de Barcelona: “¡Viene la Gestapo!”. Su hija, Dory Sontheimer, trataba de calmarla pensando que eran desvaríos de la enfermedad. Cuando el 7 de octubre de 2002, tras enterrar a Rosa, Sontheimer volvió a la vivienda para hacer limpieza, se encontró, en el altillo del armario de la que había sido su habitación, siete cajas numeradas con la herencia que sus padres le habían dejado: un doloroso secreto en forma de cartas, fotos y documentos que explicaban cómo 30 miembros de la familia, entre ellos, sus abuelos maternos, habían muerto en el holocausto. Más que un libro, es el testimonio de algo que nunca debió ocurrir.
    Título: La sonata del silencio.
    Autora: Paloma Sánchez Garnica.
    Reseña: Marta Ribas tenía un futuro prometedor cuando conoció a Antonio, pero una lealtad mal entendida trastocará sus vidas. Cuando Antonio cae enfermo, Marta se verá obligada a ponerse a trabajar, exponiéndose a las murmuraciones del vecindario y a la indignación del esposo, humillado en su hombría. Pero a Marta se le presenta una inesperada oportunidad que le permitirá salvar su propia supervivencia y la de su hija, y encontrar, por fin, su lugar en el mundo.
    La sonata del silencio, ambientada en Madrid, es una novela de pasión, celos y sueños anhelados. Es la historia de una España de posguerra, de castañeras y carboneros, de cócteles en Chicote y de medias de nylon del estraperlo. Es un edificio cualquiera, donde la riqueza y la pobreza, el triunfo y el fracaso solo están separados por un tabique.

viernes, 1 de julio de 2016

MESA CAMILLA

Pasó el 26 J y el resultado que arrojaron las urnas no parece que vaya a desbloquear el embrollado panorama político de España. Para la mayoría de los votantes, no tiene nada de sorpresa. De hecho no faltaron los que se despidieron de los miembros de la mesa electoral con un “hasta diciembre”, y de momento, no se descartan las terceras elecciones.
     Es cierto que el Partido Popular ha recuperado votos, gracias, seguramente, a que sus militantes son de los que veranean en agosto, pero no los suficientes para formar gobierno, y los pactos con el resto de formaciones, no parecen viables. Si no han sabido evitar las segundas elecciones, ¿cómo van a saber evitar las terceras?
     Lo más temible de esta situación es que desbloquearla a golpe de elecciones que se ganan por casualidad, además de ocasionarnos gastos que ni podemos ni debemos  permitirnos, seguirá sumándonos problemas de incalculables consecuencias. La única herramienta para desbloquear la situación con éxito y para siempre, es que todos los partidos entiendan que la Moncloa no es una residencia para toda la vida, que cada cuatro años hay que renovar contrato, y si toca marcharse, hay que hacerlo sin poner resistencia, entre otras razones de peso porque todos salen con la vida resuelta; que tienen que decir adiós a las mayorías absolutas que tanto daño han hecho, que están obligados a unirse para acometer reformas rentables, prácticas y sobre todo estables; que las ideas, cada cual puede tener las que quiera, pero las obras, las decisiones, las medidas, jamás pueden utilizarse para estafar, confundir y perjudicar a los ciudadanos; que se acabó el seguir fabricando ciudadanos ignorantes, dependientes y aprovechados para conseguir votos, porque como al final son los que más exigen, en cuanto no reciben, pasan factura. Y esto solo pueden cambiarlo ellos y tendrán que hacerlo porque las urnas ya han empezado a gritar que los votantes, unos por puro interés y otros por pura coherencia, no quieren que sus votos los utilicen para ponerse las botas y pisarlos más fuerte.

CAJÓN DE SASTRE

¿Qué son los papeles de Panamá?

    El escándalo de los papeles de Panamá revela detalles sobre las sociedades 
offshore, creadas en regiones donde la tributación es mínima y que, además, 
brindan confidencialidad
  Autor: Por B. ÁLVAREZ
   
   Fecha de publicación: 4 de mayo de 2016.

    La investigación denominada papeles de Panamá es la filtración de documentos más 
grande de la historia. Sus más de 11 millones de expedientes informan sobre 
negocios de políticos, empresarios, artistas y futbolistas de todo el mundo que, 
presuntamente, habrían intentado evadir impuestos mediante la creación de 
empresas offshore (con tributación mínima) y capitalizando sus montos a través 
del despacho de abogados Mossack Fonseca, con sede en Panamá. En las siguientes 
líneas se explica qué son los papeles de Panamá y qué revelan, qué son las 
sociedades offshore y qué ventajas tienen, si son legales y dónde se radican, 
además de en Panamá. 

    ¿Qué son los papeles de Panamá? 

    Una filtración al diario alemán Süddeutsche Zeitung fue el detonante para poner 
en marcha una investigación sin precedentes. El periódico compartió la 
información con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación 
(ICJC) y, desde entonces, 378 periodistas de 100 medios y 78 países han pasado 
un año dedicado al análisis e investigación a fondo de más de 11 millones de 
documentos internos del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, los 
llamados papeles de Panamá. Este bufete está considerado uno de los cinco 
mayores registradores mundiales de sociedades offshore, especializadas en la 
evasión de impuestos. Por ello, aparecer en estos documentos puede resultar muy 
embarazoso. Hasta ha motivado la dimisión este mes del ministro de Industria en 
funciones, José Manuel Soria.

    ¿Qué es una sociedad offshore? 

    El término offshore significa, de forma literal, fuera de la costa. Pero en 
materia legal se refiere a empresas o sociedades que se constituyen fuera del 
país de residencia de quien las funda, en regiones donde la tributación es 
mínima o incluso del 0%. 

    Estas compañías se crean en paraísos fiscales que ofrecen grandes ventajas 
impositivas, además de confidencialidad y seguridad. Estas sociedades carecen de 
actividad económica, no tienen personal ni estructura y su única finalidad es el 
movimiento de capitales y derechos. 

    ¿Las empresas offshore son legales? 

    Políticos, jefes de estado y empresarios importantes aparecen en los más de 11 
millones de documentos panameños. Todos ellos niegan haber cometido una 
ilegalidad, aunque el hecho de tener una de estas empresas ya se ha cobrado 
varias dimisiones de políticos y múltiples explicaciones. ¿De verdad es legal 
tener una de estas sociedades? La respuesta es sí. No hay más que consultar 
Internet para encontrar cientos de anuncios de compañías que ofrecen sus 
servicios para la creación de offshore en Suiza, Panamá, Singapur, etc. 

    Lo que marca la ilegalidad es saber el uso que se hace de esa empresa y si 
respeta los códigos de conducta fiscales. Además, el beneficiario debe 
declararla a las autoridades fiscales del país en el que reside. Las sociedades, 
asimismo, tienen que cumplir una serie de condiciones para no ser perseguidas 
por la justicia: 
    Estas compañías no pueden ejercer actividades comerciales en ese país. 
    No pueden utilizar la mano de obra local, aunque sí pueden tener a un 
representante local en ellas. 
    No pueden emplear las economías de los países en el que se instalan, sobre 
todo en materia de inversión, subsidio y transferencias bancarias. 

    ¿Cuáles son los costes de abrir una offshore? 

    Los costes que tiene crear este tipo de sociedades varían desde los 1.000 euros 
la más económica (en Belice o Panamá) hasta los 5.000 euros de media de Suiza o 
Singapur. El coste de mantenimiento puede oscilar entre 600 y 2.000 euros e 
incluye la domiciliación, los gastos administrativos, la tasa anual -que se 
aplica a partir del segundo año, si se renueva la empresa- y la renovación de un 
agente registrado, entre otros conceptos.

    Las ventajas de las offshore 

    Crear una sociedad o empresa offshore otorga una serie de ventajas, entre las 
que destacan las siguientes: 
 Bajo costo y rapidez en la creación de la compañía. 
 Tienen un impuesto muy ventajoso, tanto en materia de impuesto sobre la renta 
como en los impuestos sobre el capital. 
Crear una empresa requiere muy poco papeleo y permite disfrutar del anonimato. 
 No preguntan la nacionalidad ni filiación de accionistas y directores de la 
 sociedad. 
 Muchos paraísos fiscales no exigen la presentación de cuentas anuales, por lo 
 que algunas empresas offshore no tendrían gastos de contabilidad ni de 
 auditoría. 
 El IVA no se aplica a las sociedades offshore. 

    ¿Dónde operan estas sociedades? 

    El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene localizadas estas empresas, sabe 
cómo actúan y dónde están radicadas. Además del FMI, a mediados de 2015 la 
Comisión Europea publicó una lista negra de paraísos fiscales considerados como 
no cooperativos en la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. 

    Los territorios considerados paraísos son los siguientes: Andorra, 
Liechtenstein, Guernsey, Mónaco, Islas Mauricio, Liberia, Seychelles, Brunéi, 
Hong Kong, Maldivas, Islas Cook, Nauru, Niue, Islas Marshall, Vanuatu, Anguilla, 
Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belize, Bermuda, Islas Vírgenes 
Británicas, Islas Caimán, Granada, Montserrat, Panamá, San Vicente y las 
Granadinas, San Cristóbal y Nieves, las Islas Turcas y Caicos y las Islas 
Vírgenes de Estados Unidos. 

    ¿Qué es un paraíso fiscal?

    Un paraíso fiscal es un territorio que ofrece a individuos y empresas 
extranjeras poca o ninguna carga tributaria en un entorno estable política y 
económicamente. Eso lo suelen combinar con que proporcionan poca o ninguna 
información financiera a las autoridades fiscales extranjeras. El término 
paraíso fiscal siempre suena mal, pero conviene saber que las inversiones son 
legales, siempre que se declaren.

EL ÁLBUM DE LA LENGUA

 ¿Cuál es el origen de la expresión «despedirse a la francesa»? 

    CUANDO alguien se marcha de un lugar sin despedirse de los presentes, se suele decir que éste «se ha despedido a la francesa».
     El origen del término viene de una costumbre que se popularizó entre la alta sociedad y burguesía de Francia a mediados del siglo XVIII. Esa costumbre, a la que bautizaron como sans adieu [literalmente, sin adiós], se realizaba cuando uno de los asistentes a una fiesta o acto social decidía marcharse. Éste debía abandonar la estancia discretamente, sin llamar la atención ni despedirse de nadie (incluyendo a los anfitriones), siendo de muy mala educación que saludase o indicase su deseo de marcharse a alguien. Con el tiempo, todo volvió a la normalidad y el uso del saludo para despedirse volvió a ponerse de moda, viéndose con malos ojos y como un acto de mala educación el irse de un lugar sin decir nada, por lo que se comenzó a aplicar la expresión «despedirse a la francesa» como alusión a aquella antigua y maleducada norma.
     Paradójicamente, los franceses utilizan la expresión filer à l’anglaise [marcharse a la inglesa] para referirse a aquellos que escapan de un lugar y es muy utilizado, sobre todo, para referirse a los ladrones. Todo hace suponer que las continuas enemistades históricas entre franceses e ingleses llevaron a la creación y utilización de esta frase y su uso de modo despectivo.

LA BUTACA

Beatriz tuvo que pasar por el peor trance que puede pasar cualquier madre: enterrar a su hija de tres añitos que murió en un accidente de tráfico. Pasado el tiempo quedó embarazada y fue tal la alegría que envié la noticia, pero desgraciadamente, al mes siguiente, tuve que comunicar que había sufrido un aborto. Por fin, a finales del pasado mayo, nació su segundo hijo, un bebé sano, grande y guapo, que no llenará el hueco que dejó su hermana, pero sí ha devuelto la alegría a su madre, a sus abuelos y a todos los que la queremos.
    Su felicidad es nuestra felicidad y queremos compartirla con todos.
    Desde Barcelona informó para 30 días Maribel.

CARTA AL...

Querido toro de la Vega:
    Desde hace más de quinientos años eres el plato fuerte de las fiestas patronales de Tordesillas (Valladolid). El espectáculo taurino que protagonizas año tras año es conocido como “El torneo del toro de la Vega” y consiste en que decenas de hombres, a caballo o a pie, te persiguen con lanzas que te clavan en un costado hasta darte muerte entre los oles, vítores y aplausos del numeroso público.
     Siempre hubo voces que se alzaron en tu defensa, pero nunca fueron oídas por nadie, y la barbaridad, en lugar de perder aficionados locales, atraía forasteros. Tal fue el éxito que el torneo fue declarado fiesta de interés turístico en 1980 y espectáculo taurino tradicional en 1999. Pero las voces de los defensores de los animales, en este caso cargadas de razón, siguieron gritando, y tan presionada se ha visto la Junta de Castilla y León que el pasado 19 de mayo publicó un decreto-ley que no prohibe el torneo, pero sí la muerte del toro en público que, dicho sea de paso, no sabemos muy bien si esto es una ley-trampa o una trampa-ley porque ¿Qué es lo que se prohíbe, que no te maten solamente o también que los lanceros no te martiricen con sus lanzas?...
     Me gustaría darte la enhorabuena. No estoy en contra de los espectáculos taurinos, tan nuestros, tan bellos, estoy en contra de que se humille a los toros, se martiricen y se les de muerte para divertirnos. Pero todo indica que la medida del Gobierno autonómico no servirá de mucho. De momento, el Ayuntamiento de Tordesillas, ha anunciado que recurrirá la ley, y los vecinos del pueblo y los defensores del torneo proyectan empezar a movilizarse para que el torneo siga celebrándose del mismo modo. Todos fundan su defensa en la tradición, como si lo malo, por el hecho de repetirse, se convirtiera en bueno. Por esta regla de tres, tendríamos que seguir defendiendo las guerras, que son tan antiguas como la humanidad, la venta y compra de hombres y mujeres como esclavos, la quema de personas en las hogueras públicas,el tráfico de niños, los duelos por honor, la pena de muerte, el hambre… y afortunadamente no es así.
     Dirán los defensores del torneo en su forma original que esto no es comparable, que una cosa son las personas y otra los animales, pero los que disfrutan maltratando inútilmente a un animal, no están muy lejos de hacer lo mismo con sus semejantes si llegara el caso.
    Deseo, querido toro de la Vega, por tu bien y por el de los hombres, que las energías que proyectan gastar para recuperar el permiso oficial para poder maltratarte hasta darte muerte, las inviertan en impedir que se cierre la central lechera Lauki que dejará en la zona decenas de trabajadores en la calle. Defender estas cosas es lo que vale la pena y dignifica al género humano.
    Ojalá seas el primer toro de la Vega que puedas mirar a los hombres sin miedo.

COSAS DE GARIPIL

¡Hola! Por fin llegaron las vacaciones escolares, pero el dejar de estudiar, no conlleva el dejar de leer. Al contrario. Es la mejor época para empezar y terminar un libro. ¿Ya te has decidido por algún título? Pues en lo que llega a tus manos, pasa y siéntate, te invito a leer este cuento del libro “El rosario de los cuentos”.

         El incómodo huésped de los Marcelos

    Lo que para todos era una desgracia, para Blas era una suerte: caer enfermo. Blas enrojecía de envidia cada vez que alguien se ponía amarillo de las uñas de los pies a las orejas, escupía cuajarones de sangre o se moría de frío entre las llamas de la fiebre. Y todo porque sólo una enfermedad justificaba unos días en la ciudad.
    Tan obsesionado estaba por esta idea que estuvo tentado de levantarse una noche, orinar en su impecable bacinilla de porcelana, deshacer en el orín un puño de pimienta roja, y salir doblado de puro dolor de riñones, pero estalló la Guerra del 36 y todo quedó pendiente: la venta del trigo, la boda del hijo del alcalde, las fiestas del Cristo del Amparo... y la bendita enfermedad de Blas.
    Volvió la paz -por eso de darle un nombre a tan desastrosa época, de no dejarla mora, sin bautizar- y todos volvieron a sus luchas. También Blas volvió a las suyas.
Tenía que ir a la ciudad, tenía que conocerla. Y por si a la guerra le daba por volver, tenía que ser ya, que por las velas que alumbraban, cualquier cosa cabía esperar. Pero lo de orinar sangre ya no le parecía tan maravilloso. Todos los enfermos que visitó, le contaron lo mismo: que los metieron en el hospital, que los atiborraron de medicinas y que los sacaron para llevarlos derechitos al pueblo con la orden de absoluto reposo. Y él no quería ni cama ni píldoras, quería ver casas en el aire, comercios entre cristales, caballos con ruedas y noches con sol, sobre todo eso, noches con sol.
    Entre todas las ideas que rondaron su cabeza, optó por la primera, que siempre es la mejor, la que vale. Y ni corto ni perezoso se metió unas horas en remojo, se trajeó de pies a cabeza, metió las gallinas en un saco, sacó las pesetillas de la jarra y se subió al borrico. Iría a ver a Marcela, su sobrina-nieta. Y aunque sólo fuera por las gallinas, le daría cama y comida por unos días.
    Marcela llevaba más de treinta años sin ver a su tío-abuelo. Marcelo, su marido, sólo lo conocía de oídas y por un par de retratos que alguna vez vio bailando de mano en mano en la mesa camilla. "Éste es el tío Blas -señalaba Marcela-, el hermano mayor del abuelo, el único que se quedó soltero". Y los chicos se rascaban la cabeza repitiendo: "No me extraña, no me extraña". Cuando aquella mañana lo vio aparecer con el saco a cuestas en la portería que cuidaba mientras Marcelo repartía los periódicos a los vecinos casi se cae del susto.
    —¡Oh, tío Blas! ¿Es usted, verdad? -lo reconoció por la pinta- ¡Qué sorpresa! ¿Anda de médicos?
    —No... no... ando... -iba a decir de gira, de excursión, pero se arrepintió, la gente de la ciudad no entendía que alguien saliera del pueblo para otra cosa que no fuera para ir al médico- de liquidación. ¡Eso es!, de liquidación, quitando las gallinas. Ya no soy un chaval, y me daba tanta pena malvender éstas... -abrió el saco y las gallinas se pelearon por sacar la cabeza- que me dije: "Para que se aproveche el diablo, que se aprovechen los ángeles de Marcela". Y aquí me tienes, a traértelas.
    A Marcela se le iluminaron los ojos. Hacía tiempo que sus ollas no cocían carne, y para colmo tenía que soportar, con demasiada frecuencia, la imagen de los suyos abriendo de par en par las narices para llenarse el cuerpo del olor a gallo agradecido, liebre pedigüeña o pavo encubridor que procedente de los fogones de los vecinos se colaba por el patio.
     —¡Cómo se lo agradezco, tío, cómo se lo agradezco! Nos ha dejado la guerra tan pelados que me da donde me duele. Pero antes de irse, me las mata, ¿verdad?, que comerlas ¡vale!, pero matarlas...
    —¿Matarlas? ¡Ni se te ocurra! Estas gallinas no son para resolverte una comida, son para asegurarte muchas. Si haces memoria recordarás que mis gallinas eran siempre la envidia del pueblo. -Marcela recordó su infancia en el pueblo. Las gallinas del tío Blas, fueran nuevas o viejas, chicas o grandes, gordas o flacas, blancas, negras o rojas, eran siempre las que ponían varias veces al día, las que ponían los huevos más gordos, más brillantes y limpios. De acuerdo que su madre decía que cuando las gallinas del tío Blas ponían, las de los vecinos dejaban de poner, que el tío Blas se pasaba las noches cambiando huevos de nidal... pero fuera como fuera, lo cierto era que el tío Blas era el que más huevos tenía, y ¡qué huevos!- Y éstas, o ponen tres veces al día, o ponen un huevo de tres yemas.
    Marcela se echó sus cuentas: tener gallinas sueltas en el patio sería un engorro y una molestia para los vecinos que a buen seguro no tolerarían, pero andaba tan escasa de huevos que si el tío Blas aceptara quedarse un par de días para hacerle un gallinero donde tenerlas recogidas podía darse con un canto en los dientes. Y se dio, claro que se dio, porque el tío Blas, nada más ver abierta la flor de sus pensamientos, aceptó y se comprometió a regarla con alma y vida.
    Cuando Marcelo vio al huésped sentado en su sillón frunció el ceño, pero cuando Marcela le explicó la razón del viaje, lo desfrunció. Con tal de tener huevos... Cuando los chicos sorprendieron a la madre colocando en su cuarto un jergón para el huésped arrugaron el hocico, pero cuando Marcela les explicó la razón del viaje, lo desarrugaron. Con tal de ver huevos en casa... El huésped, ni oía ni veía, vivía.
    Por las mañanas se levantaba el primero. "Voy a la ferretería de la esquina, a comprar más puntas", decía en cuanto se desayunaba, y Marcela le daba una perra gorda y las chicas que encontraba sueltas. Si ponía el tiempo y el trabajo, no iba a poner el material también. Pero la esquina lo metía en una calle, la calle en una plaza, la plaza en otra calle... y le volaban las horas contemplando los edificios de varios pisos. Aquello no eran casas, eran nidos, nidos en el aire donde las personas vivían como las golondrinas, cantando y revoloteando de ventana en ventana. Y qué felices debían ser teniendo a yema de dedo el sol, la luna, las estrellas... Y sólo cuando el estómago empezaba a hacerle cosquillas desandaba lo andado para llegar a casa con el tiempo justo de sentarse con todos a la mesa.
    Comía, y nada más comer, metía los pies en una palangana de agua salada que Marcela, asustada, le ponía delante. Tenían que dolerle, 
 se le salían de los zapatos. Y en cuanto los sacaba del agua, volvía a ponerlos en la calle. "Voy a la carpintería -decía-, a ponerle mango al martillo". Y Marcela le apuntaba las señas en la cajetilla de tabaco, que la capital no era el pueblo, que podía perderse, y no quería cargos de conciencia. Pero a los cuatro pasos se olvidaba de la carpintería, del martillo... y le volaban las horas entrando y saliendo de las tiendas, de los bares... y contando los escudos de la plaza, las torres de las iglesias, los ojos del puente... hasta que siguiendo una cola de gente se subía en el tranvía y corriendo sin mover los pies, ¡qué maravilla, qué fantástico!, conseguía llegar a casa con el tiempo justo de sentarse con todos a la mesa.
    Cenaba y se acostaba, pero en cuanto oía los primeros ronquidos, se levantaba a hurtadillas y a la calle. Era cierto lo que se decía, lo que se imaginaba: las noches no existían en la ciudad, en la ciudad siempre había luz, siempre era de día. Porque al atardecer ocurría algo mágico, algo extraordinario: el sol no se ponía, se dividía en pequeños soles, en muchos y pequeños soles, en solecitos que se metían en peras de cristal para seguir alumbrando sin dar calor. Y él veía de colores el agua de las fuentes, vestirse de amarillo los árboles que de día vestían de verde... y gente, mucha gente en algunos sitios. Aquello era vida, aquello y no el pueblo, tan igual siempre, tan callado, tan viejo.
    Pasaban los días, las semanas, y ni el gallinero superaba las cuatro tablas sin clavar, ni las gallinas se ponían coloradas. "¿Hay huevos?" preguntaba Marcelo mañana y tarde. "No hay huevos -respondía Marcela decepcionada, harta de rebuscar nidales-, no hay huevos". "¿Han puesto las gallinas?" preguntaban los chicos que veían a todas horas tortillas españolas, francesas, y aunque fueran venenosas, rusas. "Síii... -suspiraba Marcela que le dolía privarlos de las sopas de ajo que conseguía con el pan duro de los vecinos por dárselo a ellas después de varias horas en remojo para ablandarlo- las patas en el suelo". Y al cabo de un mes Marcelo decidió que a falta de huevos lo mejor era carne, y Marcela no tuvo más remedio que mandar al tío Blas al pueblo.
    —¿Y cuándo quieres que vuelva a terminar el gallinero? -preguntó triste desde el umbral, despidiéndose con la mirada del retrete, del fogón, de los grifos de la fregadera...
    —Cuando las gallinas pongan tres huevos al día o uno de tres yemas
 -respondió Marcelo desde el patio, con el cuchillo en la mano.
    Y el hombre desató el ronzal del borrico de la aldaba del zaguán y salió de la ciudad lamentando muy de veras que para volver fuera requisito imprescindible caer enfermo.
        
        Relación de libros publicados por mi autora: María Jesús Sánchez Oliva. Pero antes quiero recordarte que por ser el primero de sus libros me ha distinguido con este espacio en su blog del que me siento tan orgulloso como responsable.
    Garipil-1995.
    Reseña: Garipil es un semáforo. Nace con una idea en la cabeza: decir a la sociedad que las máquinas como él nacen para estar al servicio del hombre, para ayudarle en todas las tareas que tiene que realizar, para hacerle la vida más cómoda, pero en ningún caso para suplirlo. Su mensaje es tan aconsejable para niños como para mayores.
    Letanías-1999.
    Reseña: Letanías es una colección de historias breves pero completas. El libro ideal para los que quieren leer pero les falta paciencia para enfrentarse a libros con muchas páginas. Algunos de los relatos han sido premiados en distintos certámenes literarios.
    El rosario de los cuentos-2003.
    Reseña: En los primeros años de la posguerra española, en un pueblo de Castilla, un cura de la época es incapaz de encauzar a sus feligreses por el camino recto a través del Santo Rosario, como era costumbre. Ante su fracaso decide transformar cada misterio en un cuento. El resultado son quince cuentos para niños de distintas edades. Cada cuento está ilustrado con una viñeta alusiva a la época. Este libro obtuvo el tercer premio en el Concurso de Cuentos Tiflos en su edición de 1996.
    Cartas de la Radio-2007.
    Reseña: Cartas de la Radio es una colección de cartas o artículos de opinión escritas y leídas en un programa de radio por María Jesús Sánchez Oliva durante cuatro años. Las cartas van dirigidas a políticos, ciudadanos de a pie, víctimas del terrorismo, instituciones, asociaciones, etc, y no pocas nos llevan a acontecimientos que siguen vivos en nuestra memoria.
    Cuentos de la Cigüeña (Soles y Lunas)-2014.
    Reseña: Son doce cuentos escritos en verso con los que las mamás –y los papás- disfrutarán leyéndoselos a sus hijos y los niños aprenderán a amar la poesía a la vez que los cuentos.

    Para más información sobre los libros, hacer un comentario o simplemente saludarme, , solo tienes que contactar conmigo a través de mi dirección de correo electrónico:

garipil94@oliva04.e.telefonica.net 

    Estaré encantado de responderte.

    Gracias por tu visita y hasta el próximo número.