domingo, 30 de julio de 2017

LA VITRINA

POESÍA

          GARCÍA LORCA

     Se cumplen 81 años de la muerte de García Lorca. Sobra recordar su trágico final. El guardia civil que acabó  con su vida de un disparo aquel 18 de agosto de 1936 no mató solamente a Federico García Lorca, mató, también, a la cultura, a la poesía, al teatro, al talento, a la belleza, a la inteligencia y al sentido común, que eran las cosas que más necesitaba España en aquel momento. No sé si el poeta, desde el arco de estrellas que lo recibió aquella terrible noche, habrá podido perdonarlo, pero la cultura desde luego que no. ¿Cuántos hermosos versos murieron sin nacer? ¿Cuántos pensamientos de libertad volaron sin transformarse en palabras? ¿Cuántas maravillosas letras quedaron sin ser escritas…? Doña Rosita la soltera, Bernarda Alba y sus hijas, Yerma y todas sus mujeres siguen llorando su muerte como la lloramos todos los españoles que amamos este país como él lo amó. Aquella noche que nunca debió existir consiguieron matar a Federico García Lorca, pero no consiguieron matar una de las cosas que pretendían: su obra, sus poemas. Por esto hoy podemos recordarlo con uno de ellos.

          CIUDAD SIN SUEÑO   

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas. 
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan 
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas 
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros. 

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Hay un muerto en el cementerio más lejano 
que se queja tres años 
porque tiene un paisaje seco en la rodilla; 
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto 
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase. 

No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! 
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda 
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas. 
Pero no hay olvido, ni sueño: 
carne viva. Los besos atan las bocas 
en una maraña de venas recientes 
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso 
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros. 

Un día 
los caballos vivirán en las tabernas 
y las hormigas furiosas 
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas. 

Otro día 
veremos la resurrección de las mariposas disecadas 
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos 
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua. 
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta! 
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero, 
a aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente 
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato, 
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan, 
donde espera la dentadura del oso, 
donde espera la mano momificada del niño 
y la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul. 

No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. 
No duerme nadie. 
Pero si alguien cierra los ojos, 
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo! 

Haya un panorama de ojos abiertos 
y amargas llagas encendidas. 

No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. 
Ya lo he dicho. 
No duerme nadie. 
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, 
abrid los escotillones para que vea bajo la luna 
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

          LIBROS

     Título: “El elefante de marfil”.
     Autora: Nerea Riesco. 
     Reseña: El día de Todos los Santos de 1755, un terremoto sacude la ciudad; también precipita el destino de doña Julia López de Haro: tras sobrevivir al desastre,
la bella viuda, dueña de la imprenta de más renombre de Sevilla, decide dar un giro a su existencia, hace caso a sus sentimientos y, horas más tarde, se
entrega a León de Montenegro, un joven proveniente de Malta y empleado en su negocio. Este insondable hombre será el gran amor de su vida, aunque doña
Julia ignora que es depositario de una secreta y peligrosa misión que, tras contraer matrimonio, traspasará a su descendencia. 
     Así se inicia la apasionante peripecia de tres generaciones unidas por una misteriosa herencia: honrar un antiguo pacto entre cristianos y musulmanes que
debe culminar en la celebración de una partida de ajedrez que, tras seis siglos de espera, sigue pendiente y que fuerzas muy poderosas tienen empeño en
evitar que se lleve a cabo. Magnífico retrato de la Sevilla de aquellos días. 
     Título: “El hijo de la vid”.
     Autor: Clavijo, José Carlos.
     Reseña: La crisis que asoló el campo y la ciudad a finales del siglo XIX arrasa los viñedos de la Rioja. La población   emigra a América y los jóvenes tienen que cumplir sus obligaciones con un ejército español que mantiene frentes abiertos en   Cuba y Marruecos. Sin embargo, en mitad de este paisaje de pesimismo y desolación, Miguel, hijo de agricultores, sabe que tarde    o temprano verá hecho realidad lo que todo el mundo le asegura no es más que una utopía. mirarse en el espejo de los grandes   bodegueros y hacer su propio vino, un vino de cuerpo enérgico y aromas excelentes.

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